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Del final de lo trágico a lo excelso de lo excepcional
Un vino de coraje que ha permanecido como testimonio de otros tiempos para la viticultura y que se muestra en este embotellado especial, de bella botella soplada, con una evolución algo más marcada que otros embotellados de los 70's, pero mostrando su deliciosa riqueza de matices, tanto dulces cómo ahumados, y una profundidad dilatadamente compleja.
Una duda me asalta de la botella disfrutada, ¿se trataba de un embotellado anterior a los años 70's?
La Cueva del Contador 1996 de Benjamín Romeo

Dado que la botella no superaba los 30 euros decidí llevármela y comprobar si los pocos datos que tenía me podían aclarar algo y ya de paso probar un Rioja (al menos se suponía) de nueva generación con unos cuantos años en botella, aún recordando una botella de Cirsión 1998 que teníamos en la memoria y que se mostró maravillosamente madurada.
Los inicios nunca son sencillos y más cuando tu trabajo en Artadi se entrelaza con tu proyecto personal, y eso es lo que le sucedió a Benjamín Romeo, cómo comentaba antes, que no se dedicó en exclusiva a su bodega hasta el año 2000, y parecería que no se podía tenerlo todo controlado, aunque en el caso de Romeo si lo tuviese, como bien explica Luis Gutiérrez. Además, tras confirmar que este 1996 era el primer vino comercializado por la bodega, y mediante el descapsulado el corcho certificaba con un sello que se trataba de un vino de la Denominación de Origen Calificada de la Rioja. ¿Traigo el sacacorchos?
En la cata se nos muestra una visual muy densa, con un profundo rojo picota, dónde sólo se le aprecia un ribete ligeramente evolucionado, y cuya capa se presenta de la forma más oscura posible. Su nariz muestra aún en primer plano fruta licorosa, algo madura, dejando un fondo ligeramente evolucionado recordando maderas nobles y cuero. Intenso pero cómo situándose entre dos aguas. Su boca me sugiere algún problema, ya que se muestra algo deslazado, dejando una textura algo aguada, con acidez, pero sin edificar su paso. Pareciera que la guarda no le hubiese sentado muy bien, ya que pese a dejar un buen final, no excesivamente prolongado, las posteriores recatas confirman las malas sensaciones en boca, aunque pareciera que el problema no fuese de oxidación ni de mala conservación. Queda entonces cómo una experiencia curiosa, sin más, ¡Una lástima!.
Viña Tondonia Gran Reserva blanco 1981
Predicador 2004
En los últimos meses ha saltado al firmamento internacional del panorama enológico patrio la figura de Benjamín Romeo, gracias sobretodo al resorte mediático de las altas puntuaciones otorgadas por The Wine Advocate para con su Contador 2004, aunque ya su trabajo anterior le había hecho ganar toda la notoriedad posible como enólogo de una de las marcas de referencias en la renovación de
Hecha la presentación de la figura, bajemos a la tierra. Sólo he tenido la suerte de compartir copas con él en una pequeña cata organizada en Lavinia-BCN por allá el 2004, dónde apreciamos unos cuántos rasgos, seguramente superficiales, de la personalidad del señor Romeo. Nunca he tenido la capacidad de psicoanalizar a la gente, pero en esas dos horas Benjamín se mostró sin ataduras, franco y directo, sin miedo a utilizar argumentos en sus explicaciones, a veces un tanto simplistas, pero efectistas, como cuando nos justificó, sin utilizar ningún criterio objetivo, la facturación de un alto precio para sus creaciones, o la intrínseca diferencia entre el uso de una viticultura biológica o tirarse de cabeza a la biodinámica, que por cierto va aplicando en las labores de cultivo dentro de sus parcelas en San Vicente de

El trabajo de Romeo en bodega suele iniciarse, previa a la vinificación, con una mesa de selección de fruta que le permite escoger la mejor uva, soliendo fermentar la fruta utilizando depósitos troncocónicos, aunque para algunas de sus cuvées utiliza barricas de Allier abiertas, a temperatura no excesivamente elevada y aplicando cierto porcentaje de fruta que realiza maceración carbónica. El porcentaje de mosto empleado varía según las cuvées. Las barricas de roble para la crianza son nuevas para todos sus vinos, excepto para el Predicador, aunque suele usar un nivel de tostado suave y grano fino. Y es que Benjamín Romeo es un verdadero equilibrista en el uso de la madera.
El Predicador 2004 se define de un intenso rojo picota, mostrando buen balanceo y capa alta. Su nariz inicialmente se muestra floral, fragante, pero con la aireación van apareciendo los trazos de moras, no excesivamente maduras, redondeadas por notas torrefactadas muy aromáticas, surgiendo atisbos de especias. Nariz correcta, pero no excesivamente compleja. Su boca presenta una textura sápida, granulosa y algo angulosa, voluptuoso en densidad, pero no pesada, aunque se muestre algo desequilibrada con la acidez. Su nivel de alcohol parece integrarse en el conjunto. Final agradablemente amargo, muy adecuado para acompañar un buen chuletón a la brasa, 88 PF.
Un Rioja más que interesante que por 17 euros en tienda (mi botella salió de L’Ànima del Vi), puede ser una adecuada selección en un restaurante, ya que parece que esta inicial añada tuvo una mejor distribución en hostelería que en tiendas. Su distribuidor en Barcelona es Vila Viniteca.
Contino Reserva 2000

Este coupaje formado por 85% Tempranillo, 10% Graciano y 5% de Mazuelo y Garnacha presenta una visual de intenso rojo granate, capa media-alta. Cerrado inicialmente, el incienso y algo de torrefactado envuelve la fruta roja ligeramente licorosa y ligeros toques de pimienta negra. Cuerpo medio en boca, con una textura de buena tonicidad, marcado por el amargor de la fruta, aunque ligeramente pasado de tostado. Pese a no ser uno de los mejores reservas de la bodega, no deja de ser un vino tinto bien elaborado. 85 PF.
De fácil localización en España, la propia bodega te enlaza con El Corte Inglés. Mi botella procede de La Fuente, y me costó unos 16 euros.