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Visiones: El Meandro del Mosela en Trittenheim



Nota del Editor: Las entradas que aparecerán bajo el epígrafe "Visiones" serán fotografías sin texto.

Los tesoros de Josep Roca

Hay ocasiones en la vida dónde lo mejor que se puede hacer es escuchar, aprender y disfrutar; y más cuando un profesional cómo Josep Roca se abre y nos permite conocerle un poquito mejor, con el vino cómo vehículo de transmisión de sensaciones y sentimientos.

Esa fue la premisa que se dio en el Monvínic barcelonés una tarde de junio, dónde tuvo lugar esta experiencia, mucho más allá de la cata sensorial, dónde las ventanas del corazón del mediano de los Roca nos mostraron un universo de sensibilidad, dónde mostrar la perfección de la imperfección.

Quienes ya hayan visitado el nuevo Celler de Can Roca, conocen las cinco grandes zonas o variedades que han influenciado a Pitu con mayor fuerza y a las cuales les dedica un espacio concreto, armonizada con la música y las texturas táctiles. Una selección no excluyente, dónde seguramente hubieron ausencias, pero tampoco se puede entender su reflexión vital sin ellas. Por ello la selección adquiere un cariz muy personal, sin fisuras ni estridencias.

1er bloque: Champagne

Zona extrema, de climatología compleja y suelos muy especiales. Con la idea del juego entre vino blanco y vino tinto se sirvieron Salon Le Mesnil 1996, representante de la pureza de los Blancs de Blancs, de juegos cítricos propios de esas tierras y los apuntes cremosos de la Chardonnay y un Vieille Vigne Les Crayères de Egly-Ouriet, el Pinot Noir por antonomasia del maestro Francis Egly, arraigado en la vinosidad de esta bella parcela de Ambonnay. Un juego entre un millésimé de la más noble zona de Le Mesnil y una mezcla de añadas de un pequeño productor, dónde la pureza del Salon recibe un contrapunto maduro con el Blanc de Noirs. No era una batalla, era una combinación ganadora.

2º bloque: Riesling

El Alfa y el Omega cómo casta. Aquí se puede iniciar la pasión por el vino, pero también ser el punto final de comprensión de este mundo apasionante. Cómo muestra para poder asomarse al universo de la mineralidad pizarrosa un Scharzhofberger Riesling Spätlese 2005 de Egon Müller, escogiendo este Spätlese de la ladera mágica cómo mejor exponente de la pizarra gris desmoronada, marca de la casa. Un vino vibrante, atinado y directo.

De la quintaesencia del Spätlese a un vino único, elaborado por la mano más fiable de la Alemania vinícola. Medias botellas de carretillas de frescura confitada de hielo para este Oberhäuser Brücke Riesling Eiswein 2002 de Helmut Dönnhoff, del tonel 19 que no probara Parker. Un placer para los sentidos, hedonista y único.

3er bloque: Borgoña

De esa tierra de campesinos bodegueros a uno le impacta en su descubrimiento y le hacen replantearse sus convicciones más arraigadas. Y del pueblo más borgoñón de la Borgoña, Chambolle, plena ebullición de viñedos, sus dos interpretaciones más intensas, la fuerza en el Bonnes Mares GC 2006 y la elegancia y sutileza de la mano del Musigny GC 2006, ambos de Freddy Mugnier, un personaje introvertido pero preciosista en su trabajo. Ambos vinos evocaban bucólicas imágenes y texturas, pese a lo corto de su edad. Experiencia sublimemente insuperable sí no fuera por un as que se sacó Pitu de la manga.

Mientras Josep nos va hablando de los vinos, nos ilustra con una presentación multimedia dónde se entrelazan imágenes de viñedos, bodegas y bodegueros, videos y músicas que ilustraban cada uno de los bloques. Y mientras nos inducíamos en los campos sedosos del Musigny, Pitu lanzaba el video de una experiencia producida por el canal Arte francés, dónde se aliaba un solo de violín con el Musigny. La música y el vino se entremezclan en armonía, mientras pasan los segundos de la grabación. Cuál es nuestra sorpresa cuando en perfecta sincronía aparece físicamente el violinista y remata increccento este momento memorable. En ese momento sólo cabe aplaudir.

4º bloque: Priorat

En el año 1993 Pitu quedó tocado por las tierras prioratinas y la dureza de la licorella se grabó con fuerza en su alma. Esa belleza de los vinos del sur tocado por un paisaje. Así de sencillo, superando la fuerza del terruño, se tornan en vinos de paisaje. De dos personajes cómo René Barbier con su Clos Mogador 2004 y Lluís Llach con su Vall Llach 2004, dos maneras de entender el Priorat, dos filosofías, seguramente no serán ni las mejores ni las peores interpretaciones de esa tierra tocada por la sierra del Montsant, pero sí que serán las más emotivas. Juego entre fruta sobremadura y piedra, tocadas por el sol del Mediterráneo.

5º bloque: Jerez

La infancia de mestizaje en un barrio gerundense complementado por la migración andaluza de los 60 hicieron a Pitu amar una de las señas de identidad de la Andalucía vinícola, vinos únicos en el mundo, cuyos arcanos se escriben en un idioma propio y su fuerza nace de suelos extremos de albarizas blancas, jugando con el clima atlántico y el velo de flor cómo madre, dónde el estadio de la concentración se entremezcla con la oxidación en su vejez más madura. Los vinos más salinos que se encuentran en el planeta. La Bota de Palo Cortado Bota Punto Nº6 del Equipo Navazos, con su escasísima producción y el monumental Amontillado Coliseo de Valdespino golpean nuestras retronasales mientras la banda sonoro emitida a través de la maestría de Miguel Poveda, otra muestra de mestizaje cultural de ambos pueblos, servido por los versos de la boca-seca de Narcís Comadira nos inundan. Vinos complejos, intensos, no extensos de dificultad que superan umbrales perceptivos y nos transportan a las sacristías más profundas de las catedrales del vino.



Cuerpo, alma y homenaje:

Este último, uno de los momentos más emocionantes de la velada, dónde Pitu reconoció desde el corazón su más sentida admiración por los hacedores de vinos, y a la vez quiso realizar un emotivo homenaje a una de las figuras que mejor ejemplificaban el viticultor comprometido con sus vinos y su tierra cómo era el malogrado Didier Dagueneau. Pitu nos leyó una misiva que escribió la noche posterior al trágico accidente, dirigida a un amigo y cómo pequeña reseña para un obituario mental. Se nos encogió el ánima y más acompañado del Pur-Sang 2005 de Didier, que se mostró de la manera más altiva y herbácea que le recuerde. Profundidad mineral y con los característicos acentos vegetales de hoja de higuera y tomatera de los vinos de Didier.

Por último, cómo seña de identidad y remate final, Pitu quiso dejar patente su vertiente más física y su vertiente más espiritual con un juego de caracteres para definirse en cuerpo y alma, a través de dos vinos. Lo corpóreo definido por lo ecléctico, tecnológico, la pureza aromática, dulzor táctil, la emoción, el futuro, la racionalidad y la sensatez del Harlan Estate 2002 y el alma a través de la tradición, la rusticidad, la brillante imperfección, la salinidad táctil, el pasado tocando las raíces y la poesía del Champagne Substance de Anselme Selosse.

El remate final para una estupenda experiencia que definitivamente nos permitió conocer mejor a este gran profesional, camarero de vinos, que es Josep Roca i Fontané. Ya tenía todos nuestros respetos y admiración. Sirva este artículo cómo gesto de gratitud.

Maximin Grünhäuser Abtsberg Riesling Auslese 1993

Hace unos meses, tras relataros un breve encuentro con este productor alemán, el componente más divo de los amigos de ETB, también conocido como SilverPink, confirmaba la llegada al mercado español de este afamado elaborador de la ribera ruwersiana, de la mano gerundense de la importadora Vins Alemanys. Las circunstancias de la vida hicieron que me perdiera el acto de presentación de la añada 2005, pero gracias a la laboriosa labor del amigo Calamar, tuvimos unas exhaustivas crónicas de lo allí acontecido. Pues bien, un buen amigo me convenció de lo adecuado de abrir unos cuantos vinos maduros de la zona, y decidimos empezar por esta pequeña maravilla.



La larga historia de producción de esta bodega se ve puntualmente reflejada en este vino, procedente del pago del Abad (Abtsberg), la mejor parcela de la ya mentada anteriormente colina de Maximin Grünhaus, centrada en la sección de ladera con mayor inclinación, formada por 14 hectáreas de riesling, que se nutren de suelos de pizarra azul, creados durante el período devoniano. Parte de la fruta de este Auslese estaba afectada por la botrytis cinerea, ya que se trataba de una vendimia tardía, lo que le confiere un mayor nivel de azúcar residual.
El proceso de vinificación, utilizando la tradicional crianza en ancianos toneles de gran tamaño, es controlado por Alfons Heinrich, enólogo y mano derecha de Carl-Ferdinand von Schubert, propietario de la bodega y en este caso, no se trata de una selección especial de tonel. Si así fuese se indicaría junto al nivel cualitativo del vino, en este caso Auslese.
Pero, dejémonos de etiquetas y charlemos del vino. Mi anfitrión se decidió por una fuerte aireación previa, muy adecuada en estos casos y jarreo la botella unas 7 horas antes del momento de consumo, por lo que me encontré con un vino abierto, maduro y puro. En visual, se mostraba vivamente dorado, con irisaciones levemente cobrizas. Movimiento denso y oleoso. En la nariz de gran pureza, las mieles y los hidrocarburos explotan con gran intensidad, dejando una gran complejidad, plenamente enriquecida por las notas florales, champiñones y ese maravilloso fondo mineral. En boca presenta un muy buen balance entre el dulzor y la acidez, aunque parece mostrar maneras de gran longevidad, ya que la estructura se muestra intacta. Prolongado y delicioso final, se trata de un riesling de gran factura, para beber y beber, 93 PF.

Dr. Loosen Bernkasteler Lay Riesling Kabinett 2005

Hay bodegas que se hacen querer y más si sacan vinos de consumo diario tan bien realizados como el Dr L, un riesling básico muy recomendable para iniciarse con los vinos de Mosela. Ernest Loosen (se supone que quien le tiene confianza le llama Ernie, pero no es el caso), ha sido encumbrado por la crítica internacional, al extremo de que la revista Decanter le nombró hombre del año en el 2005 por exportar la imagen de cualidad de la Riesling al resto del mundo.

La weingut Dr. Loosen posee una buena cartera de pagos, repartidos por 15 hectáreas de empinadas colinas entre los pueblos de Erden, Ürzig, Wehlen, entre otros del Mosela Medio. El pago de donde procede la Riesling para este vino se encuentra situado entre las instalaciones de la bodega y el pueblo de Bernkastel, lo que facilita las tareas de vendimia y permite a la bodega, además de elaborar este Kabinett, recoger las uvas congeladas para elaborar un Eiswein, cuando las condiciones climatológicas lo permiten.

Visualmente denso, con un color amarillo limón, con algún destello verdoso. Nariz de intensidad media-alta, algo monolítico, pero muy fresco y agradable, con aromas de limas y citronela y algo de hierba fresca. Está en un estado muy joven, pero va ganando profundidad con la aireación (En mi caso la botella permaneció abierta durante tres día, evolucionando ostensiblemente). En boca se muestra goloso, frutal, con el azúcar residual perceptible, pero con una acidez que permite que no se convierta en un trago empalagoso. Magnífica persistencia de reminiscencias a jazmín y las mismas sensaciones frutales que se percibían en nariz. Un Kabinett delicioso, que tiene una buena vida por delante. Puede ser un agradable acompañante para la comida japonesa. 90 PF.

Su importadora es la tienda pucelana de Pecados Originales, y este Kabinett, que por cierto lleva tapón Stelvin, cuesta entorno los 14 euros. También disponible en Barcelona en el Celler de Gelida y Lavinia.

Maximin Grünhaüser Herrenberg Riesling Kabinett Troken 2003

Infanticidio pero ¿quién sabe con estos 2003? Carl von Schubert transmite a sus vinos una imagen y filosofía clásica, tendiendo a lo barroco. La bodega (weingut) situada en una antigua granja monacal impresionante, situada a los pies de la colina de Maximin Grünhaus, donde están los tres grandes pagos propiedad de la bodega, Herrenberg, Bruderberg y Abstberg, en Ruwer.

El pago Herrenberg ocupa 19 hectáreas donde hay plantadas Riesling, Müller-Thurgau y Kerner. En este caso se ha vinificado la riesling de forma tradicional, donde el roble es sólo utilizado como elemento más bien neutro, ya que es utilizan grandes depósitos de roble que casi no aportan elementos al vino. Stefan Kraml se ha convertido desde el 2003 en el enólogo encargado de su vinificación (anteriormente el enólogo de la bodega fue Alfons Heinrich).

Al vino. Voy a ser sincero, los moselas jóvenes necesitan mucho aire. Suelo darles jarreos bastante abruptos, tratamientos pulpos (dixit Juan Ferrer) y siguiéndolos durante días.

Amarillo pajizo y limpio, clásico. El primer día se mostró bastante cítrico en nariz, con una sensación un tanto picante y una boca desequilibrada por el nivel de azúcar y acidez. Al día siguiente, la nariz se había abierto dejando muy buenas sensaciones minerales y una limas muy refrescantes. En boca se sigue mostrando desequilibrado, pero la acidez va ganando fuerza en pro de la dulzor (¡suerte qué es trocken!). 5 días después, la nariz se muestra fatigada, pero continúa dejando buenas sensaciones y en cambio, la boca se ha vuelto poderosa de estructura, dejando ligeras sensaciones de botrytis cinerea y una muy buena profundidad. Un blanco delicioso y que pese la añada, parece que puede evolucionar bien. 91 PF.

Lastimosamente esta bodega no es importada aún por ninguna empresa a España. Mi botella fue comprada en un Mövenpick-Weinland de Berlín por 19 euros. Aunque la oferta de vinos alemanes en España se ha disparado, gracias sobretodo a Pitu Roca, Michael Wöhr y su importadora Vins Alemanys.