“12 autores y sus vinos” en Can Ràfols dels Caus (Edición 2008)

Semana grande del vino en Barcelona, sin duda, dónde entorno a la Alimentaria se han dado cita varios de los actos más esperados por todos los enochalados de la ciudad. Uno, La Música del Vi, celebrado el lunes, magníficamente organizado por el equipo de Vila Viniteca, dónde tuvimos el placer de degustar una magnífico elenco de bodegas, tanto nacionales como internacionales. Y el martes, desde la apasionante bodega del Penedés, Can Ràfols dels Caus, que está en plena reestructuración de sus instalaciones técnicas, y que magníficamente organizó junto a Paco Berciano. Me permitiréis que os haga unas pequeñas pinceladas del evento, ya que pudimos charlar y probar vinos junto a doce destacados autores de vinos:

Decidimos empezar por los armonioso Côte de Nuits que Rosalind y Jacques Seysses, que muy agradablemente servían, casi tanto como el estilo de sus vinos. Probamos un Chambolle-Musigny 2005 que parece mostrar los buenos signos de la añada, sirviendo también una minivertical de Clos de la Roche, un Grand Cru del que apenas vinifican menos de 2 hectáreas. Fue curioso ver el juego entre el otoñal 1997, el poderoso 1999 y el menos delineado 2001. Particularmente me quedo con el 1999.

Jean Meyer trabaja en una línea de vinificación intermedia en el estilo alsaciano, a medio camino entre los buscadores de la opulencia por lo residual y los que buscan la profundidad mineral en su vertiente más seca. Una rareza como su Pinot Auxerrois 'H' Vieilles Vignes 2005 (H de Hengst, el Grand Cru de dónde proviene) queda bastante palidecido frente a las bondades de sus rieslings secos, destacando en un nivel medio de precios Les Pierrets 2002 y, en un rango superior, el Grand Cru Hengst 2004. Algo por debajo el Pinot Gris Brand Grand Cru 2004, algo dulzón, pero con buen nivel cualitativo. Sus Vendages Tardives, tanto en su versión Gewürztraminer como Riesling, provenientes del 2001 y del pago Hengst, son toda una muestra de longevidad, pese a que su GW se mostraba ya muy accesible.

Christine Saahs, una mujer que aportaba caretillas de afabilidad, nos dio a probar un magnífico segmento de sus vinos, pero es curioso como se comportaron el Grüner Veltliner Smaragd Im Weingebirge 2006 y el Klausberg Riesling Privatreserve 2005, recién abierto no nos llamaron la atención, pero recatados con aireación y comida fueron subiendo muchos enteros, muchos. El Riesling Steiner Hund 2004 es un bebé por hacer, pero que parece mostrar muy buenas maneras de futura evolución y el Grüner Veltliner Vinothek 1991, del que ya hemos disfrutado alguna botella, se mostraba esplendoroso. Pese a que no me acabó de convencer, el Grüner Veltliner Auslese Süssenberg 1999, también fue una clarificadora tarjeta de presentación para sus dulces. Al final de la velada también apareció Nikolaus Saahs, alma de la bodega familiar, a quién intentamos transmitir nuestra admiración.

Un rieslingadicto me habría caneado, pero apenas probé ninguna referencia de esta bodega del Palatinado, motivado por tener tan cercano la más profunda presentación de Vins Alemanys en Girona, decidiéndome a abstenerme de sus bondades y me reservé las anotaciones mentales para un Wachenheimer Rechbächel Auslese 1998 aparecido durante la comida y servido con una tabla de quesos. La combinación, genial.

Un buen fisonomista destacaría del carácter físico de Alain Graillot su porte de hombre de campo, franco y sin florituras, pero detrás de ese porte hay uno de los más finos elaboradores del Ródano sur, aunque cómo todos los grandes, su trabajo empieza en la viña. Su Crozes-Hermitage 2006 es como un paseo por el campo mediterráneo en primavera, fresco, con aromas especiados, cargando el ambiente y sintiendo una sensación deliciosa de equilibrio frutal. Gran vino a precio comedido. Su Crozes-Hermitage 2001 se muestra más complejo, con un nivel alcohólico comedido, y con una estructura magnífica. La Guiraude 2005, selección de las mejores barricas, es el bombón que remata los vinos presentados. Un Ródano que rompe estereotipos y lanzas a favor de la Syrah.

La elegantísima Elisabetta Foradori dio a probar los dos Teroldego Rotaliano que elabora desde Mezzolombardo, uno de los pueblos más hermosos del Trentino, y consecuentemente de la vieja Europa. Su Foradori 2005 es una buena piedra de toque para iniciarse con la Teroldego, con una buena carga frutal. En cambio, pese a reconocer las bondades de su Granato 2004, su mayor densidad le resta algo de tipicidad (valiente afirmación, motivada sin duda, por la ignorancia).

Chus Madrazo, nos mostró su buen trabajo con su Contino Reserva 2004, que pese presentar algún aporte alcohólico excesivo, el efecto de la botella que le falta augura un vino finalizado muy interesante (le faltan unos meses de botellero). El Viña el Olivo 2005 y el Graciano 2005 también se mostraron intensos, directos, sobretodo el Graciano, pero viniendo del día anterior, de la Música del Vi, dónde las papilas pudieron someterse a una buena centrifugadora tánica con varias referencias riojanas probadas, los vinos de Chus se mostraron con un contenido equilibrio, edificados por una magnífica acidez.

Elena Pantaleoni triunfó con su Vigna del Volta 2006, un Colli Piacentini Malvasia Passito delicioso, hasta aquí todos de acuerdo. El gran debate surgió con sus tintos Macchiona 2003, Stoppa 2003 y Gutturnio 2006. Unos los definían como internacionalistas y otros, tres elementos con origen al sur de Despeñaperros, les parecieron muy personales. Como tengo amigos en ambos lados, no seré yo quién les contradiga ni les dé la razón.

Aquí, Thomas Duroux dio a probar sus Margaux, al que sobretodo el Château Palmer 2000 le queda bastante tiempo en botella para disfrutarse. Buena nariz, pero con esa estructura tánica tan marca de los Mèdocs del 2000.

De los vinos que produce la compañía de Vinos Telmo Rodríguez en Ávila, pudimos probar una vertical desde la última añada en el mercado, la 2004, pasando por la cálida 2003, haciendo fonda y parada en el 2002, que se comportó como una magnífica Garnacha y finalizando con el inicial 1999, menos complejo y agradable que su hermano menor. Buenas garnachas de este proyecto común entre Telmo Rodríguez y Carlos Sainz en Cebreros.

Del Douro, los tintos robustos, carnosos y con un punto floral delicado, que nos dio a probar Miguel Roquette, destacando el Touriga Nacional 2005 y el Vinha Teresa Maria 2005, dentro del estilo de vinos de la zona.
Una magnífica jornada rematada con una comida de altura, celebrando unos cuantos enochalados una recata privada (nos hicimos fuertes a los pies de la escalera), reprobando los vinos de la presentación, teniendo la oportunidad de dar más tiempo en copa y jugar con la aireación; cuyo objetivo es la contextualización de lo vinos de la bodega de Avinyonet entorno a 11 grandes elaboradores.
Para cuando salíamos de allí, aprovechando que fuimos de los pocos que aún no habíamos visitado las nuevas instalaciones para dar un paseo por el interior de las nuevas instalaciones técnicas de la bodega. El ver como se ha rematado la obra será la excusa perfecta para volver.

8 comentarios :

  1. Una extraordinaria jornada, sin duda, y un privilegio poder compartir ratillos de ella con vosotros. De todo lo descrito por ti (yo apenas estoy redactando mis notas, que fueron todas ellas, como las tuyas, mentales) sólo me quedo con el matiz de la zona de los tintos poderosos: Quinta do Castro, Cebreros, Palmer...viniendo de Dujac, de Graillot, me quedé con las encías bastante distraídas. Palmer me dio unos taninos verdes verdes y un peso de los cabnernets exagerado: me está cambiando el alma vínica o es que cada vez me encuentra más encontrar placer en el Bordelais y menos en la Borgoña?; de Pegaso, valoré mucho la idea der la vertical y la longitud y capacidad futura del 2004; y la Quinta do Castro pues algo fuera de medidas...
    Una gran crónica, Víctor, y gracias por las fotos. Por cierto, ¿me das tu permiso para usar una para cerrar mi crónica cuando la publique?
    Un abrazo
    Joan

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  2. Buen resumen. Tenía invitación para ir, pero me tuve que quedar en Madrid por temas de trabajo así que te agradezco la crónica del evento.

    En cuanto a los vinos, de acuerdo en las excelencias de esa maravilla llamada Vinothek de Nikolaihof, en el fantástico trabajo de Graillot (ese Crozes es una referencia por RCP), en esos fantásticos Continos del 2005 y en la personalidad de los vinos de Foradori y de esas garnachas de Cebreros. Josmeyer me gusta, pero no es mi elaborador favorito de la Alsacia. Y Dujac…ay Dujac! Esa minivertical era quizá el gran atractivo del evento…

    Hale, ahora a esperar otros dos añitos…

    Saludos,
    Eugenio.

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  3. Joan, ningún problema, ya sabes como funciona lo de las fotos. El pensamiento de que ciertos vinos no son de mi gusto (ahora mismo), lo confirmé más durante la cata de la Música del Vi, dónde cansado de probar muestras de barricas indomables, me refugiaba en los vinos blancos gallegos, para recuperar las encías y volver a la batalla. También Marcel Deiss venía a mi socorro…

    Eugenio, en anteriores ediciones de este acto seguramente los nombre del listado tendrían más empaque, con nombres míticos, pero en está edición el nivel medio fue muy bueno, con una selección perfectamente complementada. Además, entre que la masía es magnífica y el día acompaño sobremanera, la jornada fue rotunda. Una gozada que bien merece realizar el desplazamiento, lástima del trabajo.

    Saludos.

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  4. Buen resumen de una excelente jornada, además tuve la suerte de equivocarme en el horario y llegar una hora antes del envento, con lo cual caté a solas con los elaboradores.

    Sólo una pequeña corrección sobre Elisabeta Foradori, el Teroldego Rotaliano era 2006 y no 2005. El Granato sí que en efecto era 2004.

    En 2005, no hubo Granato, puestos a añadir.

    Ah! y sobre el tema de canearte o no por tu abstención a la cata de los alemanes, it's up to you! pero no te canearé, me quedó ración doble! Para mí el estilo Bürklin lo ví reflejado en Pechstein '01, sin desmerecer al resto de los vinos.

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  5. Puede existir un cierto desajuste con algunas añadas, ya que de los vinos programados algunos se avanzaron (aunque mi escribano, maese Rivas, es bastante competente).

    Nos pasó por ejemplo con el Steiner Hund de Nikolaihof. Pensábamos que íbamos a probar el fosforoso 2003 y en la mesita estaba anunciado la 2004 (un punto a favor, por cierto). La lástima es que en las botellas de la bodega no habían puesto la contraetiqueta, que es dónde suelen indicar la añada, por lo que por características organolépticas e indicaciones de la bodega me quedé con la copla del 2004.

    Saludos.

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  6. Excelente resúmen para los que no pudimos asistir.

    ¿Os comentaron algo cuando probastéis los Dujac sobre el replanteamiento que se pensaban hacer sobre el uso de barricas de roble nuevo que venían haciendo?

    Un saludo

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  7. Hola Ignacio.

    No recuerdo ningún comentario al respecto, claro que los vinos presentados a los que se les pudiese haber aportado un 100% de roble nuevo tenían tal trabajo en botella que apenas se apreciaba. Piensa que el Grand Cru más joven era del 2001. Con los Village no suelen usar tanto quercus y precisamente ese Chambolle 05 no daba para dudar del uso de la crianza en él.

    ¿Has oído algo sobre un posible replanteamiento técnico? Domaine Dujac (y negocio), pese a tener un buen importador en la zona que facilita su localización, Celler d'Osona, nunca ha estado entre uno de mis objetivos de compra borgoñones.

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  8. Hola Víctor,

    La verdad es que tampoco he bebido mucho de Dujac pero sí leí que se empezaban a replantear hace unos años el reducir el uso de mucho roble nuevo. Del dicho al hecho hay un trecho y no he comprobado este asunto.

    Era simple curiosidad

    Veo que te quedas con el 99, añada interesante en general, sin duda.

    Un saludo

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