Al día siguiente habíamos quedado con Annette para visitar las instalaciones de Bürklin-Wolf en Wachenheim, pero antes debíamos visitar un sitio muy especial, Pechstein Kopf (traducido a lo basto como cabeza de piedra de alquitrán), el antiguo volcán en cuyas laderas está situado el pago del mismo nombre y en el que actualmente se aposenta un hermoso lago. Lastimosamente Annette no pudo estar con nosotros, pero nos dejó en buenas manos, las de Tom Benns, un británico muy salao, encargado de ventas de la bodega y con quién pasamos un fenomenal rato. Pero sigamos el viaje.
La carretera que enfila hacia el volcán atraviesa los mejores pagos de Forst, los ya visitados con Gunther Hauck de Bassermann-Jordan el domingo, Jesuitengarten a la derecha, Kirchenstück a la izquierda y arriba a la derecha Pechstein, quedando Ungeheuer a la izquierda, pagos de los que también comparten parte de la propiedad y conforman las casi 28 hectáreas de viñedos propios. La pendiente va aumentando, cuando nos adentramos en el bosque. Allí aparecen las puertas del volcán, cuya barreras estaban bajadas y nada hace denotar el espectacular paisaje que nos espera. Nada, no. El suelo oscuro volcánico, totalmente inundado de basalto, reflejo de lo que debió ser las puertas del infierno en un pasado no tan lejano, geológicamente hablando. Impresionante paisaje dónde los propietarios de la bodega se había montado más de un sarao privado, con la complicidad de las autoridades locales (mejor no preguntar).
Tras la excursión por la montaña nos adentramos en las nuevas instalaciones de Bürklin-Wolf llamadas Kolbscher Hof, visitando la vinothek (tienda) dónde Tom empieza abrirnos la linea del 2007. Seguimos con un especial nivel en los básicos, tanto el Riesling Trocken, como el Ruppertsberger, un más prieto Böhlig PC. Los GG 2007 deberán esperar y es que aún están en depósito. Pero antes de bajar a probarlos, hacemos un repaso general a anteriores añadas. Los Pechstein y Kirchenstück 2006 están más aposentados pero se perciben aún bastante primarios, el Gaisböhl 2005 destaca por su madurez y un esplendoroso Kirchenstück 2005 empieza a asomarse. En esas y tras una fallida botella de Jesuitengarten Fass 63, decidimos bajar a catar los GG del 2007 y de paso visitar las instalaciones técnicas, destacando la sala de prensado puesta al día, situada sobre la bodega subterránea. En ella hay todo tipo de toneles de roble, incluso alguno con el sistema de refrigeración incrustado literalmente en la madera. Tinas de fermentación, depósitos de cemento y un botellero merecedor de una más prolongada estancia en él, dando buena cuenta de los tesoros que en ella se guarda.
Junto a uno de los jóvenes enólogos, Steffen Vogt, segundo de a bordo a nivel técnico, empezamos a probar los GG de la bodega, destacando la delineación del Jesuitengarten (del tonel 22), el monolítico y mineral Pechstein (del tonel 48) y el monumental Kirchenstück (del tonel 20), un vino que es capaz de emocionar ya, estando en tan temprana edad. Gran nivel del que daremos buena cuenta en los próximos años. Tras volver a la Vinothek, tras un tentempié, atacamos unos cuantos edelfaüles, que nos levantaron aún más el ánimo. El Wachenheimer Rechbächel Riesling Auslese 1998 mostraba una profundidad deliciosa, equilibrado en acidez, el Gerümpel Riesling Beerenaüslese 2005 y el Gaisböhl Riesling Trockenbeerenaüslese 2003, se mostraron golosos, primarios y con la necesidad de décadas de reposo. Un final de fiesta que se vio agrandado por una agradable sorpresa final. Apunto de coger el coche para irnos hacia Siebeldingen para visitar Hansjörg Rebholz nos encontramos con Fritz Knorr, jefe de bodega y verdadera historia viviente de la bodega, quién ha estado a las duras y las maduras dentro de la propiedad. Es más, heredó el cargo de su padre, por lo que la cosa ya venía de familia.
Y tras despedirnos, para Siebeldingen...