Catando los vinos de Henri Bonneau en VilaViniteca

Hay bodegas que han sentido el aliento favorable de la crítica y del consumidor ilustrado desde hace tiempo, pero cuya escasez de producción y su lógica dificultad comercial lastimosamente dificultan su popularización, relegándolas a un plano secundario de la actualidad enológica. El maestro Henri Bonneau se podría situar en esta posición, capaz de unir a Parkeristas y sus detractores, que glosan sus bondades sin ningún rubor, puntualizando desde dos prismas de vista cualitativo tan alejados. Y es que los vinos garnacheros de maese Bonneau convierten en noble esa tan denostada (cada vez menos) variedad mediterránea.

Hace poco, para comprobar las bondades de la bodega su importador, Daniel Sarmiento del Cellers Orcella impartió una cata, con el soporte técnico de Vila Viniteca, dónde pudimos disfrutar de una amplia panorámica de los vinos de la bodega, incluyendo una rareza, el Cuvée Spéciale 1998. Estos fueron mis breves apuntes durante la misma.

VdT Les Rouliers 2003:

Lógica visual de evolución garnachera, más trabajado que en anteriores ocasiones. Su nariz se muestra con un carácter cálido, dónde los tonos de garriga y la fruta negra se muestran sin mucha intensidad, demostrando un carácter evolucionado. Su boca se presenta muy pulida, con la tanicidad bastante tamizada.

VdT Les Rouliers 2004:

Sabrosamente equilibrado definiría a este VDT, presentando una mayor intensidad en todos los aspectos que Les Rouliers 2003. Matices satisfactorios tanto de intensidad cómo en profundidad en nariz y una boca muy viva y frutal, pero de carácter marcadamente floral. Un vino digestivo.

Châteauneuf-du-Pape 2001:

Bajísima capa, de nariz matizadamente floral, con los destellos de fruta licorosa. Un vino de complejidad, con buena intensidad, dónde el carácter se torna más terroso. En boca se perciben la calidez de añada. Boca muy sensual en textura. Magnífico trabajo del maestro.

Châteauneuf-du-Pape Cuvée Marie Beurrier 2001:

Paso a paso vamos ganando en visuales más vivas, brillantes, pero curiosamente con tonalidades de mayor oxidación. Su nariz se presenta muy madura, hecha, con la pimienta negra en primer plano, destacando por su fruta roja y su fondo floral. Boca tánica, pero de textura no masiva ni densa, donde predomina la frescura aportada por su acidez. Delicioso sin ningún tapujo.

Châteauneuf-du-Pape Cuvée Marie Beurrier 2000:

Lo que parecía un vino muy cerrado en un inicio, se torna en un vino que parece no haberle sentado bien su paso a botella, cómo bien apunta un asistente con la fruta chafada, apagada y sin mucha materia. En boca si es equilibrado y no parece mostrar ninguna contaminación derivada del TCA, pero tampoco parece la noche y el día respecto a su nariz. La pondremos junto a las botellas que pasaron al limbo de los justos.

Châteauneuf-du-Pape Réserve des Célestins 2001:

¡Qué color! Visual casi marronosamente granate, de capa bajísima. Reflejo de una añada cálida, dónde la intensidad de su fruta moderadamente confitada, se entrelaza con aromas de cueros nobles, clavos y laurel en el especiado y un fondo de pedernal y tierra, asimilando la trufa negra en su bouquet. Su boca se muestra plena, llena, con la densidad bien medida. Paso vigoroso y elegante, prolongando su final caudalía tras caudalía. Un grande entre los grandes vinos del mundo.

Châteauneuf-du-Pape Réserve des Célestins 2000:

Seguramente el más equilibrado de la velada, tanto en nariz, dónde su intensidad y profundidad destacan sobre manera, cómo en boca, cuya textura y prolongación le sitúan en un plano superior. Un vino que seguramente merecería haberse consumido en soledad (respecto a otros vinos, no al personal), pero que sin duda se sitúa a la altura de la fama de su creador. Para rememorar durante años.

Châteauneuf-du-Pape Cuvée Spéciale 1998:

Vino imposible, elaborado sólo en vendimias especiales (la última vez que se elaboró fue con la fruta del año 1990), con 16% volumen alcohólico y bastante azúcar residual. 2200 botellas de lo que parecería un intento de elaborar un Vintage de Porto con la Garnacha sobremadurada. Sinceridad en sus aromas de alta intensidad de fruta roca licorosa, cacao y tabaco, deliciosamente refrescado por su nitidez. Boca portentosa por volumen, tanino seco y juego de dulzor y amargor. Sinceramente un vino que me dejó descolocado, y no sé si precisamente positivamente.

Una magnífica velada, sobre todo por los Réserve des Célestins, a pesar de que Daniel Combin, uno de los responsables de la bodega no pudo asistir y complacernos con sus pensamientos y filosofía, pero su ausencia fue suplida por el Sr. Sarmiento.

1 comentario :

  1. Hola Victor.
    Tuvo que ser una cata muy interesante, sobre todo por Réserve des Célestins, su buque insignia.
    Yo el único que he probado es elChâteauneuf-du-Pape 2001 y me pareció muy complejo y cálido, maravilloso.
    Lo que no entiendo es lo de la Cuvée Spéciale, me imagino que será una especie de Amorene, no me extraña que te dejara descolocado.

    Un saludo.

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