Le terroir et le vigneron

Un libro para variar, que el hombre no sólo de vino vive, y la palabra también alimenta. El concepto de terroir, tan en uso entre bodegueros y aficionados, tiene el peligro de perder su fuerza conceptual y difuminarse, utilizándose en demasía como una herramienta de marketing. En este interesante libro, escrito por Jacky Rigaux, solícito escritor y profesor de la Universidad de Borgoña, se plantea el debate sobre este concepto, no desde un punto de vista unidimensional, sino a través de la aportación personal de más de cincuenta personajes que viven el mundo del vino de forma directa.

Terroir and the winegrower es su título para la versión en inglés, pero no jugaría yo a traductor de textos para el castellano. La estructura del libro se fragmenta en tres partes, una inicial, dónde se intenta hacer la introducción histórica sobre el concepto de terroir y extrapolarse a una visión más general dentro de la enología europea. Dos disyuntivas surgen aquí: ¿Quién garantiza el terroir y qué lo garantiza?

En la segunda parte del libro se da rienda suelta a las palabras de diferentes bodegueros y enólogos, dónde nos transmiten sus percepciones sobre este concepto, tan europeo; y cómo choca con las ideas que nos llegan de mercados dónde se impone el concepto del varietal como signo distintivo. Hay que destacar que las aportaciones son mayoritariamente borgoñonas, en dónde el contexto histórico del viñedo da mayor fuerza al empleo de este concepto, pero también se da parte de las opiniones de gentes tan dispares como Léonard Humbrecht (Alsacia), Stéphane Dérénoncourt (Bordeaux), Anselme Selosse (Champagne), Lionel Cousin (Montalcino) o Ted Lemon (California), entre otros.

La última parte se podría definir como un compendio de opiniones de diferentes ámbitos ante la disyuntiva del contexto globalizante que está sufriendo el mundo del vino, incluyéndose una interesante entrevista al microbiólogo del suelo Claude Bourguignon, e introduciendo un alegato favorable a la necesidad de la aplicación de la biodinámica en la enología, realizada por Nicolas Joly.

En definitiva, una interesante lectura sobre reflexiones en voz alta, dónde cada capítulo genera unas cuantas incógnitas y, a la vez activa las ganas de probar los vinos de los interpelados y observar si tanto discurso filosófico se refleja verdaderamente en sus vinos.

Terroir and the Winegrower
Editorial: Terre en vues (2006)
ISBN: 9782952301657
Páginas: 350
Precio: 28 euros.

Ahora, una duda: observando que Jacky Rigaux se ha basado en vignerons de su ámbito de conocimiento, si alguien se atreviese a realizar un ejercicio igual en el panorama vinícola español ¿a qué personajes os gustaría preguntar? Personalmente no me importaría conocer las reflexiones de gentes como Gerardo Méndez o Emilio Rojo,. ¿Y a vosotros?

13 comentarios :

  1. En España me encantaría ver reflejadas las reflexiones de Javier García, de Bodegas García Burgos. Cuando le he oído hablar del tema siempre lo ha hecho con pasión: de su finca familiar La Cantera, de como fue siempre reconocida como la que daba mejores vinos de la zona, del "microclima" murchantino, ...

    Gracias por la recomendación, de un tema que siempre es de interés.

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  2. Es curioso que en el último número de The World of Fine Wine hay una reseña de este libro bastante poco positiva.

    Viene a decir la reseña que las aportaciones de los vignerons son muy superficiales y que es una lástima que no tengan nada sustancioso que contar (al parecer, todos cuentan más o menos lo mismo) o que se haya quedado en la labor de edición del libro.

    Cuando leí la reseña, lo primero que pensé es que no parecía un libro a comprar. Y, reflexionando después, pensé que muchas veces les atribuimos a los vignerons una capacidad filosófica que la mayor parte de ellos no tienen. Es decir, que todos usan el argumento del terroir porque probablemente saben sacar todo el jugo a unas parcelas magníficas, pero eso no los convierte en una referencia de pensamiento.

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  3. Por desgracia, no puedo opinar pues no he leído el libro ni tan siquiera la reseña del mismo como ha heco Pisto (ando yo con Émile Peynaud últimamente).
    Pero en abstracto, y tras haber dado ya muchas vueltas por muchos viñedos del mundo (me faltan "tan sólo", como si fuera poco, los de habla anglosajona: América del Norte, Australua y Nueva Zelanda y Sudáfrica), tengo claro que los "vignerons" más identificados con su terruño, es decir, con las características geológicas de su tierra y con las variedades más enraizadas en ella, saben muy pero que muy bien qué hacer y qué no hacer en ellas, qué plantar y qué no plantar, qué tratamientos dar y cuáles no dar. En este sentido, más que un tratado para o criptofilosófico sobre las bondades del terroir (no sé si éste lo es, la verdad), aquello que me encantaría de veras es conocer los secretos de estos viticultores más fincados a su tierra y a sus variedades más características, en la línea, por así decir, de un tratado de vitivinicultura comparada mundial, por así decir. El resto creo que sirve de poco, además de para vender libros claro está. Si este libro es del tipo que comento, me encantará encontrarlo y leerlo.
    Saludos,
    Joan

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  4. A mi me gustaría preguntar a Carlos Falcó porque creo que a hecho mucho por el vino de autor en España.
    Cené el otro día en Sacha en Madrid con un cabernet sauvignon suyo y estaba estupendo aunque prefiero su petit verdot y su siraz

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  5. Interesante reflexión Pisto con la que estoy muy de acuerdo. Precisamente he escogido dos personajes españoles diferentes, no directamente comprometidos con su discurso, sino más bien por su forma de interactuar en su medio y como lo reflejan en el vino.

    Respecto a la crítica, el primer pensamiento que tendría al leer esa reseña que comentas es que la mayoría de personajes que aparecen en el libro redundan todo el rato en lo mismo, pero pese a la limitación de espacio que existe (hay bodegueros que sólo escriben una página por delante y por detrás) lo aportado respecto a la idea de como interactúan con las características de las tierras que trabajan, el clima que les afecta y su labor en bodega me ha servido como fuente de información. No se tratará de una obra definitiva (y más con estos temas tan intangibles), pero si me ha parecido una recomendable lectura. A lo mejor el problema radica en el nivel de la revista The World of Fine Wine y que la lectura de este libro no es lo suficientemente completa para un Master of Wine. ;-P

    Joan, lo bueno y malo de ser vecinos es que nos podemos ver muy a menudo, así que la próxima vez que coincidamos te lo paso.

    Sobrevino e Ignacio, interesantes personajes ambos.

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  6. ¡Gracias, Víctor! Por curiosidades: fíjate en que anda estos días Eric Asimov en The Pour!!!
    Y espero que lo de las vecindades sea sólo para bien!
    Un abrazo,
    Joan

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  7. ¿Qué crees que puede aportar Emilio Rojo al discurso del terroir? Mi impresión es que absolutamente nada.

    Emilio Rojo, además de hacer un vino cojonudo, es un tipo corriente y moliente que ha encontrado el filón de su vida vendiendo 10.000 botellas de vino a 12 euros (es el precio al que él las vende) prácticamente sin coste de producción. No creo que pudiera aportar nada al concepto del terroir. Pienso que si, en vez de en Ribeiro estuviera en Valdeorras, habría hecho exactamente lo mismo.

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  8. Gracias Joan, no lo había leido. Como bien dice un comentario se trata de un must para todos los entusiastas y profesionales del vino.

    Y sí, es para bien. ;-)

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  9. Víctor,

    sí es verdad que el nivel de la revista citada es muy alto y que para Andrew Jefford (quien firma la reseña), las expectativas serán seguramente diferentes de las nuestras.

    No pretendía yo criticar el libro, ni mucho menos. Es sólo que aprovechando tu comentario quería poner unas reflexiones que me había sugerido la lectura de la reseña.

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  10. Bienvenido Fernández. Lógicamente el presuponer que un enólogo, en este caso Emilio Rojo, debe aportar de por si algo a un discurso sobre las bondades del terroir es mucho suponer, pero como decía anteriormente, lo que me gustaría conocer es algo más su forma de interactuar y comprender su viña. Es lo malo de no haber viajado hasta allí y no ver de qué pie calza.

    Además, para que exista debate sobre este tema siempre se hace necesario una escala de diferentes opiniones, tanto sean favorables, en contra o les venga al pairo la disyuntiva, y piensen que todo esto se trate una chorrada inventada por los franceses para vender vino.

    Saludos.

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  11. Pisto, es interesante que citaras esa crítica para poner en guardia quién quisiera pillarse el libro.

    Gracias por hacerlo.

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  12. Ayer publiqué un comentario y por causas que desconozco no ha aparecido.
    Repito lo dicho. Gerardo Mendez es una buena elección para, sobre sus viñas, conocer la potencia de la tierra en unos vinos. El siguiente, y por conocerlo, pienso como Sobrevino. Javier, de García Burgos, es uno de los que mas me ha sorprendido hablando sobre terroir. Como parte de su vida te lo cuenta y como tal lo refleja en sus vinos.
    Saludos.

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  13. LGN, no recibí notificación de tu primer mensaje, por lo que supongo que se quedó en el limbo de blogger.

    Realmente algo tiene de especial Javier García cuando vosotros dos, a parte de los buenos comentarios de Encantadísimo, lo mentáis como ejemplo de conocimiento de su terroir y como se ve reflejado esa relación en sus vinos.

    Saludos.

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