Más metafísica en el mundo del vino, esta vez en la bella isla de Sicilia, pero cuyo discurso se traslada más allá de este y engloba a todos los procesos agrícolas en un todo que roza el límite del no intervencionismo. Y para ello nos dirigimos a Solicchiata, un pequeño pueblo situado al norte de volcán Etna dónde Frank Cornelissen, un belga cuyo paso por el comercio del vino y contacto con los viticultores más radicales, le permitió crearse una filosofía vital que intenta verse reflejada en las siguientes líneas:
"Nuestra filosofía de la agricultura se basa en nuestra aceptación del hecho de que el hombre nunca será capaz de comprender la complejidad total de la naturaleza y sus interacciones. Por lo tanto, optamos por concentrarse en la observación y el aprendizaje de los movimientos de la Madre Tierra en sus distintos pasajes enérgicos y cósmicos, prefiriendo seguir sus indicaciones en cuanto a qué hacer, en lugar de decidir nosotros mismos. En consecuencia, este pensamiento nos ha llevado a evitar todas las posibles intervenciones en la tierra que cultivamos, incluidos los tratamientos, ya sean químicos, orgánicos o biodinámicos, ya que estos son un mero reflejo de la incapacidad del hombre para aceptar la naturaleza como ella es y será.
La capacidad divina para comprender el "todo" obviamente no la tiene el hombre, ya que nosotros somos sólo una parte de este complejo entramado y no un Dios mismo. Aunque, cada vez más el hombre se hace pasar por Dios, alterando el delicado equilibrio de la naturaleza, por razones de productividad, con todas las consecuencia que esto provoca."
Una filosofía de trabajo que se ha intentado trasladar a las 12 hectáreas de cultivo que poseen allí, de las cuales 8,5 ha. son de viñas. Y es que en la idea del policultivo radica también una de las claves, plantando viñas junto a olivos, frutales (manzanos, ciruelos, melocotoneros y membrillos), colmenas de abejas y campos de diferentes cereales que les permiten hacer su propio pan y a la vez emplear menor cantidad de materia orgánica como fertilizante, previniendo también la erosión.
Esta diversidad de ecosistemas permite luchar contra las diferentes enfermedades que azotan los viñedos, empleando una menor densidad de plantas por hectáreas, permitiendo una mejor ventilación y poder evitar en la medida de lo posible el uso sistémico de sulfato de cobre, aunque reconociendo su uso en cosechas húmedas cómo fueron 2002 y 2003.
Diferente viñedos situados en las laderas del Mongibello (Otro de los nombres del Etna), de poéticos nombres como Muganazze, Barbabecchi, Piano dei Daini, Donna Bianca o Marchesa, situados en torno a los 650 y los 1100 metros de altitud, dónde se buscan rendimientos de uva bajos (entorno a los 300 gramos por cepa), mediante un ajustado uso de la poda en el período de letargo de la vid. Selección ajustada en el viñedo y cosechando de forma tardía, a partir de finales de octubre hasta mediados de noviembre, efectuado en varias pasadas, obteniendo uvas perfectamente maduras y sanas.
En el proceso de vinificiación no interviene ninguna adicción de dióxido de azufre. Una de las visiones más extremas de la vinificación son los períodos de maceración pelicular, tanto para los vinos blancos cómo los tintos, dónde se busca un contacto prolongado entre pieles, semillas y mosto, que llegan hasta después de la fermentación maloláctica, variando según cosecha. Eso sí, la uva es despalillada y chafada manualmente antes de ser introducida en los depósitos. Este proceso se lleva cabo dentro de antiguas ánforas de terracota de 400 litros, enterradas hasta el cuello con grava de suelo volcánica. Allí permanece un determinado tiempo, variando según cada vino, siguiendo ciclos cósmicos hasta su embotellado, lógicamente sin filtrar, lo que suele denotarse en su visual.
La enumeración de los diferentes vinos de la Azienda Agrícola Frank Cornelissen son un claro ejemplo de la contracorriente que sigue en su comercialización :
Magma Rosso:
El Magma Rosso se elabora fermentando las mejores uvas de la variedad Nerello Mascalese, generalmente de un sólo viñedo (Muganazze) y cosecha. Dicho viñedo tiene plantas entorno a los 50 años de edad, contando con algunos especímenes más viejos. Pese a que todos los vinos de la Azienda son IGT Sicilia en su contraetiqueta se suele indicar su cosecha (¡cuidado!, o mezcla de ellas) es necesario saber que el número que se indica al lado del nombre del vino nos señala el número de comercialización del vino, siendo la primera cosecha, el Magma Rosso 1 del 2001 y de Muganazze, pero con el Magma Rosso 2, se mezclaron tres viñedos con uva de la cosecha 2002. Y el Magma Rosso 5 es de la cosecha 2006, por ejemplo. Empiezan los líos, además de contar con una limitadísima producción para la demanda existente que encarece sobre manera el vino.
Magma Bianco:
Un vino que es un proyecto a tres años vista, ya que de un viñedo plantado con Riesling Renano sin injertar, situado a unos 1000 metros de altura se extrae la uva que se deja macerar durante 27 meses en ánforas. Servidor nunca se ha topado con una botella, pero su primera comercialización, el Magma Bianco 1, será con uva del 2008...
MunJebel Rosso:
Una mezcla de varios viñedos de Nerello Mascalese que dan un vino de capa baja, de aromática compleja y extrema, pero un punto diferenciador muy característico. Un vino singular, cuya primera versión Rosso di Mongibello 1 se elaboró mezclando uva del 2001 con 2002, el MunJebel Rosso 3 se elaboró con vino de la cosecha 2006, pero en su versión MunJebel Rosso 4 se mezcló vino del 2006 y 2007. Para el MunJebel Rosso 7 se mezclaron uvas del 2009 y 2010. Vamos, ¡un lío!, aunque se suele indicar en la contraetiqueta de la botella.
MunJebel Bianco:
Una mezcla de varios viñedos que antes del 2006 se comercializaba cómo Bianco di Mongibello, cómo su homónimo tinto, que dan una mezcla de uvas Carricante, Coda di Volpe, Grecanico dorato y Cattaratto. Se trata de una maceración pelicular extrema, tanto en visual cómo en aromática y hay que tener una mente abierta para su mejor disfrute. El MunJebel Bianco 3 corresponde a vino del 2006, el MunJebel Bianco 4 al 2007, etc.
Rosso del Contadino:
Una mezcla de varias uvas locales, blancas y tintas, provenientes de diferentes pueblos, sin las selecciones que se ha hecho para el Magma o el MunJebel. Su visual parece más un rosado con maceración pelicular que un tinto. Un vino que intenta ser un vino joven y fresco, y por tanto juega en una gama inferior de precios.
Susucaro:
Su vino de tavola rosato con aguja. Un vino que se realiza de acuerdo a una antigua técnica de refermentación en botella. Un vino que aún no he podido degustar.
Estas son las credenciales iniciales de este controvertido productor cuyo trabajo no deja indiferente, y no por menos criticable, es innegable reconocer que por su atrevimiento y caos, resulta saludable para enriquecer el panorama vínico siciliano.
"Nuestra filosofía de la agricultura se basa en nuestra aceptación del hecho de que el hombre nunca será capaz de comprender la complejidad total de la naturaleza y sus interacciones. Por lo tanto, optamos por concentrarse en la observación y el aprendizaje de los movimientos de la Madre Tierra en sus distintos pasajes enérgicos y cósmicos, prefiriendo seguir sus indicaciones en cuanto a qué hacer, en lugar de decidir nosotros mismos. En consecuencia, este pensamiento nos ha llevado a evitar todas las posibles intervenciones en la tierra que cultivamos, incluidos los tratamientos, ya sean químicos, orgánicos o biodinámicos, ya que estos son un mero reflejo de la incapacidad del hombre para aceptar la naturaleza como ella es y será.
La capacidad divina para comprender el "todo" obviamente no la tiene el hombre, ya que nosotros somos sólo una parte de este complejo entramado y no un Dios mismo. Aunque, cada vez más el hombre se hace pasar por Dios, alterando el delicado equilibrio de la naturaleza, por razones de productividad, con todas las consecuencia que esto provoca."
Una filosofía de trabajo que se ha intentado trasladar a las 12 hectáreas de cultivo que poseen allí, de las cuales 8,5 ha. son de viñas. Y es que en la idea del policultivo radica también una de las claves, plantando viñas junto a olivos, frutales (manzanos, ciruelos, melocotoneros y membrillos), colmenas de abejas y campos de diferentes cereales que les permiten hacer su propio pan y a la vez emplear menor cantidad de materia orgánica como fertilizante, previniendo también la erosión.
Esta diversidad de ecosistemas permite luchar contra las diferentes enfermedades que azotan los viñedos, empleando una menor densidad de plantas por hectáreas, permitiendo una mejor ventilación y poder evitar en la medida de lo posible el uso sistémico de sulfato de cobre, aunque reconociendo su uso en cosechas húmedas cómo fueron 2002 y 2003.
Diferente viñedos situados en las laderas del Mongibello (Otro de los nombres del Etna), de poéticos nombres como Muganazze, Barbabecchi, Piano dei Daini, Donna Bianca o Marchesa, situados en torno a los 650 y los 1100 metros de altitud, dónde se buscan rendimientos de uva bajos (entorno a los 300 gramos por cepa), mediante un ajustado uso de la poda en el período de letargo de la vid. Selección ajustada en el viñedo y cosechando de forma tardía, a partir de finales de octubre hasta mediados de noviembre, efectuado en varias pasadas, obteniendo uvas perfectamente maduras y sanas.
En el proceso de vinificiación no interviene ninguna adicción de dióxido de azufre. Una de las visiones más extremas de la vinificación son los períodos de maceración pelicular, tanto para los vinos blancos cómo los tintos, dónde se busca un contacto prolongado entre pieles, semillas y mosto, que llegan hasta después de la fermentación maloláctica, variando según cosecha. Eso sí, la uva es despalillada y chafada manualmente antes de ser introducida en los depósitos. Este proceso se lleva cabo dentro de antiguas ánforas de terracota de 400 litros, enterradas hasta el cuello con grava de suelo volcánica. Allí permanece un determinado tiempo, variando según cada vino, siguiendo ciclos cósmicos hasta su embotellado, lógicamente sin filtrar, lo que suele denotarse en su visual.
La enumeración de los diferentes vinos de la Azienda Agrícola Frank Cornelissen son un claro ejemplo de la contracorriente que sigue en su comercialización :
Magma Rosso:
El Magma Rosso se elabora fermentando las mejores uvas de la variedad Nerello Mascalese, generalmente de un sólo viñedo (Muganazze) y cosecha. Dicho viñedo tiene plantas entorno a los 50 años de edad, contando con algunos especímenes más viejos. Pese a que todos los vinos de la Azienda son IGT Sicilia en su contraetiqueta se suele indicar su cosecha (¡cuidado!, o mezcla de ellas) es necesario saber que el número que se indica al lado del nombre del vino nos señala el número de comercialización del vino, siendo la primera cosecha, el Magma Rosso 1 del 2001 y de Muganazze, pero con el Magma Rosso 2, se mezclaron tres viñedos con uva de la cosecha 2002. Y el Magma Rosso 5 es de la cosecha 2006, por ejemplo. Empiezan los líos, además de contar con una limitadísima producción para la demanda existente que encarece sobre manera el vino.
Magma Bianco:
Un vino que es un proyecto a tres años vista, ya que de un viñedo plantado con Riesling Renano sin injertar, situado a unos 1000 metros de altura se extrae la uva que se deja macerar durante 27 meses en ánforas. Servidor nunca se ha topado con una botella, pero su primera comercialización, el Magma Bianco 1, será con uva del 2008...
MunJebel Rosso:
Una mezcla de varios viñedos de Nerello Mascalese que dan un vino de capa baja, de aromática compleja y extrema, pero un punto diferenciador muy característico. Un vino singular, cuya primera versión Rosso di Mongibello 1 se elaboró mezclando uva del 2001 con 2002, el MunJebel Rosso 3 se elaboró con vino de la cosecha 2006, pero en su versión MunJebel Rosso 4 se mezcló vino del 2006 y 2007. Para el MunJebel Rosso 7 se mezclaron uvas del 2009 y 2010. Vamos, ¡un lío!, aunque se suele indicar en la contraetiqueta de la botella.
MunJebel Bianco:
Una mezcla de varios viñedos que antes del 2006 se comercializaba cómo Bianco di Mongibello, cómo su homónimo tinto, que dan una mezcla de uvas Carricante, Coda di Volpe, Grecanico dorato y Cattaratto. Se trata de una maceración pelicular extrema, tanto en visual cómo en aromática y hay que tener una mente abierta para su mejor disfrute. El MunJebel Bianco 3 corresponde a vino del 2006, el MunJebel Bianco 4 al 2007, etc.
Rosso del Contadino:
Una mezcla de varias uvas locales, blancas y tintas, provenientes de diferentes pueblos, sin las selecciones que se ha hecho para el Magma o el MunJebel. Su visual parece más un rosado con maceración pelicular que un tinto. Un vino que intenta ser un vino joven y fresco, y por tanto juega en una gama inferior de precios.
Susucaro:
Su vino de tavola rosato con aguja. Un vino que se realiza de acuerdo a una antigua técnica de refermentación en botella. Un vino que aún no he podido degustar.
Estas son las credenciales iniciales de este controvertido productor cuyo trabajo no deja indiferente, y no por menos criticable, es innegable reconocer que por su atrevimiento y caos, resulta saludable para enriquecer el panorama vínico siciliano.
Hola Victor. Pero dime, a parte el blabla de Cornelissen, el vino te gusto o no? Porque a mi no me gusto por nada, me parecen vinos que han sido trabajados por alguien que no tiene mucha experiencia de hacer vino... y por lo tanto conozco algunos vinos "naturales" sin SO2 que estan perfectamente buenos. Poesia y naturaleza no son suficientes, se debe saber hacer vino bueno!
ResponderEliminarHi Mike,
ResponderEliminarNo expreso claramente mi opinión sobre lo que me parecen los vinos porque tengo una opinión contradictoria de los mismos. Este artículo está más escrito para exponer los métodos de Cornalissen que para alabar sus elaboraciones propiamente.
Pero ya que me lo preguntas, la expresaré. Mi experiencia con los tintos es positiva, sobre todo con el MunJebal Rosso, son tintos fragantes e intensos, pero pecan de excesos que cualquier técnico seguramente no aceptaría. Existe la dificultad de su comercialización ya que quienes me han servido dichos vinos sabían como conservar las botellas y darles un servicio correcto, pero no suele ser el caso general. Son una bomba perfecta para ataques microbianos.
Los blancos de maceración pelicular, sobretodo el MunJebal Bianco, están demasiados marcados por los aromas de levadura y los hollejos, que recuerdan más a cervezas que a vino. Desconozco cómo es el terruño de esa parte de Sicilia, pero para mi los vinos están más marcados por los métodos de vinificación que por lo que transmite el viñedo.
Paciencia seguramente es lo que me pide para sus elaboraciones. Veremos cómo vienen los futuros vinos.
Un saludo y gracias por pasar por aquí