Una pequeña parte de la Borgoña visita Barcelona

El pasado lunes 26 de abril tuvo lugar en Casa Fernández la presentación de los vinos de algunos de los productores que trabaja Julien Steinhauser de la barcelonesa tienda de La Part dels Àngels. En esta presentación pudimos charlando un buen rato con los vigneron, padres de las criaturas, probando algunas referencias de su buen hacer. Allí coincidimos con unos cuantos enochalados, tanto amateurs como profesionales y compartimos infinidad de agradables charlas. Este es un breve relato de lo probado.

Empezamos por el Auxerrois de la mano de Ghislaine y Jean-Hugues Goisot (Domaine Goisot en Saint-Bris), viticultores biodinámicos, cuya sapiencia intentan transmitir a sus vinos, expresando la mineralidad marcadamente caliza de la zona. Probamos su Bourgogne Côtes d'Auxerre Corps de Gardes 2008, un Chardonnay (o Beaunois de Chablis, cómo se conoce en la zona) delineado y ligueramente untuoso, tanto en fragancias cómo en textura, y un Saint-Bris Corps de Garde 2008, un Sauvignon delicioso, más mineral que vegetal, limpio y fresco. Dos muestras de una de mis bodegas favoritas del Auxerrois.

Pasamos a saludar a Franck Grux, que estaba presente cómo vigneron y cómo enólogo de Olivier Leflaive (Domaine/negociant en Puligny-Montrachet) y degustar el Chablis 1er Cru Montée de Tonnerre 2008 de Olivier Leflaive. Suelo ser bastante crítico con el uso de la fermentación en barrica y la crianza por parte de este domaine, pero sin duda sus Chablis suelen responder mucho mejor que sus vinos de la Côte de Beaune, desde mi punto de vista y este Tonnerre sigue esta dinámica.

Tras empezar con los blancos del norte, decidimos bajar directamente a la Côte Chalonnaise e ir ascendiendo hasta la Côte de Beaune, y para ello le entramos al Rully 1er Cru La Pucelle 2008 de Paul y Marie Jacqueson, mientras Marie nos explica que La Pucelle se vinifica mediante una crianza con sólo un 20% de madera nueva durante unos 11 meses. Dicha crianza no se percibe en ningún momento, siendo este vino un perfecto introductor a la grandeza de la Borgoña blanca.

Volvemos a la Côte de Beaune y volvemos a encontrarnos con Franck Grux quién nos da a probar sus propios vinos, vinificados en su bodega de Meursault. Un más que correcto Bourgogne les Grandes Coutures 2008 cómo tarjeta de presentación y un Meursault Les Meix Chavaux 2008, una parcela que comparte con su primo Jean-Marc Roulot y cuya acidez nos deja algo descolocados, aunque se aprecia una magnífica fruta, con un paso vigoroso y contundente, tanto en nariz como en boca. También probamos un Puligny-Montrachet Les Enseignères 2008 que Franck elabora para Olivier Leflaive, un blanco delineado pero no del todo placentero.

Seguimos con Alexandre Moreau de Domaine Bernard Moreau et Fils, cuya bodega se encuentra Chassagne-Montrachet, que presenta su Chassagne-Montrachet Blanc 2008 y su Chassagne-Montrachet 1er Cru Morgeot 2008, marcados también por la acidez. Se trata de un delicioso muestreo de lo que ofrece Alexandre en una añada similar a la 2007, pero con menor materia. Su village es de los mejores vinos comunales y su 1er Cru Morgeot, procedente de las parcelas La Cardeuse y Fairendes, se muestra con mayor frescura comparado con otros Morgeot de otros productores.

Junto a Alexandre se encuentra Henri Boillot, maestro propietario del Puligny-Montrachet 1er Cru Clos de la Mouchère 2008, una parcela dentro de Perrières de 4 hectáreas con derecho a nombrarse en el etiquetaje. Un blanco delineado, goloso y perfilado. Seguramente el blanco de la velada, aunque los puristas le achaquen falta de autenticidad, se trata de un muy buen trabajo en esta añada.

Y finalizada la tanda de vinos blancos, empezamos con los tintos de la Côte de Nuits con Cyprien Arlaud del Domaine Arlaud (Morey-Saint-Denis) como puerta de entrada. ¿Y qué entrada! Cyprien se está convirtiendo en un elaborador de vinos finísimos y frescos, con un perfil muy evocador. Su Bourgogne Roncevie Rouge 2007, elaborado con viñas situadas en Gevrey-Chambertin se muestra abierto y fragante, portando también un Chambolle-Musigny 2008 filigranero y etéreo. Un tinto muy digestivo y es que hace poco que Cyprien ha conseguido el certificado de viticultura biodinámica.

Justo a su lado se encuentra Emmanuel Humbert de Domaine Humbert Frères (Gevrey-Chambertin), lleno de su bonhomía que refleja en sus vinos, francos y frescos, cómo su Fixin Rouge 2007 y su Gevrey-Chambertin Vieilles Vignes 2008, que se presentan directos, pero no excesivamente profundos.

Bajamos a la Côte de Beaune para probar el Volnay 1er Cru Les Chevrets 2008 del Domaine Henri Boillot, vinificado en la antigua bodega de la familia en Volnay, y parece haber capeado bien las granizadas que asolaron Volnay en este 2008, ya que se muestra cómo un tinto no excesivamente marcado por la falta de madurez. Buen trabajo tanto en viña como en bodega.

Y acabamos en la Côte Chalonnaise con el Rully 1er Cru Les Cloux 2008 de Paul et Marie Jacqueson, un tinto ligero y goloso, perfecto para tiempos veraniegos y con el maestro Vincent Joblot de Domaine Joblot (Givry) sirviendo su Givry Le Pied de Chaume 2008, algo primario y su Givry 1er Cru Clos de la Servoisine 2008, seguramente de los vinos tintos más valorados del sur de la Borgoña y que en esta ocasión presenta ligueros atisbos de aromas de verdores, pero su personalidad los esconde bajo una fachada de gran tinto.

Magnífica iniciativa que culminó con una cena junto a los bodegueros en el Restaurante Via Veneto, pero eso es ya harina de otro costal.

6 comentarios :

  1. Suena a un buen rato charlando con los vignerons, lo que es siempre agradable. Y lo de la cena seguramente todavía mas.
    Ese sauvignon de St. Bris esta bien rico, lo he bebido bastante, ya que para el precio que tiene da mucho. A los Goisot losconocí cuando pasé por alli hace unos años y me cayeron muy bien.
    Saludos
    Olaf

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  2. ¡Y tanto Olaf!. Precisamente con Ghislaine y Jean-Hugues estuvimos cenando en la misma mesa, compartiendo vinos y platos, y charlando sobre viticultura, biodinámica o de la César, esa variedad de la que ellos no son muy partidarios.

    En la cena, por cierto, se sirvió de aperitivo un Saint-Bris Corps de Garde 2006 en formato mágnum que estaba genial.

    Un abrazo.

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  3. He visto en tu interesantísima cata muchas cosas que te gustaron y muchas otras que descolocan por acidez o falta de ensamblaje... Hemos hecho algunas "iniciaciones" de cata de vinos Borgoñones y resulta complicado sobre todo para gente no predispuesta y una no-aperura-total-de mente... Y creo que uno de los grandes fallos es beber vinos tan jóvenes... A parte del infanticidio claro en casi todos los vinos probados. Como profesional que eres que vislumbras en los vinos o que deberíamos de buscar en estos "niños"...

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  4. Buenos días Vins i més.

    Perdona que te corrija pero he de aclarar que yo no soy un profesional de este mundo, y aunque intento estar muy al día de él, mi respeto hacia vosotros, los verdaderos profesionales, tanto de la enología, la gastronomía cómo de la hostelería, hacen que me cueste mucho cruzar la línea que hay entre mi amateurismo y vuestra profesionalidad.

    Sinceramente, no suelo ser de los que busca una ventana de consumo para cada botella, ya que no tengo esa capacidad predictiva, aunque si intento buscar en los vinos las mejores características a priori que demuestren sus cualidades.

    Precisamente uno de los puntos que más respeto de los Borgoña es que muestran el terruño de dónde provienen, pero esos matices que los diferencias sólo se hace más notables con el paso del tiempo. Precisamente en juventud, los Borgoñas tienden a ser varietales y con los años muestran, con mayor o menor grado, su origen. Si a esa ecuación le añades las variables de añada y vinificación, complican sobre manera hacer posibles predicciones de evolución.

    Respecto a la introducción en el mundo de la Borgoña, tanto tinta cómo blanca, se debe hacer siguiendo un aprendizaje, intentando conocer las características de cada viñedo, vigneron y cosecha, y lo malo de no poder poseer botellas con cierta evolución hacen de ese aprendizaje sea aún más complicado.

    Espero no haber sido demasiado superfluo en mis explicaciones, pero es que seguramente haría falta toda una vida para empezar a entender los vinos de la Borgoña y poder explicárselo a los demás con garantías. Eso sí, al menos durante el aprendizaje se puede disfrutar muchísimo. Y en esas estoy yo.

    Un abrazo.

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  5. Hola Víctor,

    Enhorabuena por la excelente y detallada cronica de la cata de Borgoñas.
    Yo también estuve ahí y pude disfrutar con todos los vinos que Julien nos acerca des de su tienda barcelonesa.
    A mi, los que mas me cautivaron fueron por un lado, los vinos biodinámicos del Domaine Goisot. Muy limpios (virtud que hecho de menos en algunos biodinámicos), equilibrados y frescos en boca y aromaticamente muy interesantes, sobretodo el Saint-Bris Corps de Garde. Un vino elaborado con Fié gris (sauvignon gris) que no habia catado hasta el momento. En nariz aparecian notas florales i minerales muy elegantes.
    La otra sorpresa de la velada fue conocer a Henri Boillot y sus vinos. Siempre se ha dichoo que detràs de un gran vino hay un gran personage y este es el caso. Un dandi, burlón, inteligente, mordaz con caracter como sus vinos. Por eso algunos puristas lo tachan de pocoautentico como tu dices porque interpreta el terruño a su manera y no a la tradicional. Por ejemplo no hace battonage y utiliza 100% madera nueva para sus blancos. Y para los tintos, vinifica sin nada de raspón para poder hacer maceraciones largas sin cargar el vino de taninos amargos, 50% madera nueva y no filtra antes de embotellar. Resultado: vinos con cuerpo y caràcter.

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  6. Hola Anna, una lástima no haberte saludado.

    Ciertamente los vinos de los Goisot son uno de los pequeños secretos que se trae a España Julien y te doy toda la razón en su limpieza y frescura. Últimamente nos encontramos con demasiados elaboradores bios que parecen querer imprimir un carácter excesivamente marcado de lías en sus vinos blancos. En este punto de elaboración tan nítido y perfilado los Goisot me recuerdan al buen hacer de Nöel Pinguet y sus Vouvrays secs y demisecs, lo que demuestra que la vinificación más biodinámica no está reñida con el carácter más nítido en los vinos. Por cierto Anna, si no conoces las cuvées más altas de los Goisot, prueba La Gondonne y Les Biaumonts, magníficos Chardonnay, llenos de frescura y densidad de equilibrio, que los ponen a la altura de los mejores Chablis.

    De Kiki Boillot, nada más que añadir. Bueno sí, los vinos de negociant están cada vez mejor y va sacando cada vez más pagos. Recuerdo que probamos un Pommard Rugiens 2008 en su bodega de Volnay cuyo carácter rústico, tan característico de esta comuna, no tapó un magnífico uso de la fruta. Una delicia.

    Un saludo.

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