Simplemente Helmut Dönnhoff

Encarábamos la carretera, viniendo desde Schlossböckelheim, dirección a Oberhäusen, dónde se sitúa la Weingut Hermann Dönnhoff, y nuestra desorientación no nos permitía percatarnos de los viñedos que estábamos atravesando, pero sin duda su belleza, realzada por los claroscuros que generaban las intermitentes nubes nos trasladaban a una tierra de fuego y pizarra gris, dónde el pórfido y la vulcanita basáltica confieren a la roca una característica coloración y que al más profano lograría emocionar.

Cruzado el Nahe por el puente de Oberhäusen y en un giro de volante nos plantamos en las instalaciones familiares de los Dönnhoff. Recepción, presentación y primeras impresiones sobre la forma de encarar la vida de Helmut Dönnhoff, rodeado de los suyos y siempre con un fino e irónico sentido del humor latente. Cómo la mañana apremiaba, nos dirigimos a un mirador para apreciar desde la perspectiva sus mejores viñedos.

Los viñedos:

Aunque la panorámica fotográfica de abajo no muestra todos los viñedos que los Dönnhoff poseen en el Nahe, si muestra seguramente los más reconocidos. En la comuna de Schlossböckelheim la bodega posee 2 hectáreas de Felsenberg, un viñedo estrecho y alargado, situado en terrenos plenamente volcánicos, rico en pórfido y en cuyas laderas está ubicado el mítico Türmchen, un pequeño torreón propiedad de Helmut, ideal para momentos de sosiego y cuya mejor parcela dio origen al Spätlese Felsenberg -Türmchen-#11 2001, comercializado vía subasta de la VDP y que a la postre sería uno de los vinos de la velada. De Kupfergrube, la mina de cobre, viñedo histórico y linde geográfico entre los pueblos de Schlossböckelheim y Niederhäusen, trabajan media hectárea. Y siguiendo hacia el Este nos encontramos con Brücke, situado justo debajo de Hermannsberg.

El condicionante microclimático, con el río apenas a unos metros y la composición geológica de los suelos, dónde se mezclan los lodos arcillosos con la pizarra gris tan característica de esta parte del Nahe, confieren unas características ideales para elaborar vinos de vendimias tardías, e incluso Eisweins, y si además añadimos cómo transmisor del terruño a Helmut Dönnhoff, se puede entender el porqué este viñedo se convierte en uno de los nombres a recordar. El único de los pagos que trabajan los Dönnhoff que es enteramente de su propiedad. Por cierto, una curiosidad que deja al descubierto lo liante intrínseco del panorama legislativo alemán y que afectó a este viñedo de rebote. Con la ley del vino de año 1971 las tres parcelas de la algo más de una hectárea de extensión que componen Brücke, pasaron a formar parte de Hermannsberg y cómo tal debían etiquetarse los vinos surgidos de allí. Por suerte, a partir del año 1977 se permitió volver a etiquetar con su nomenclatura correcta, por lo que sí os encontráis con alguna botella de Dönnhoff del período 1971-1976 etiquetada cómo Niederhäuser Hermannsberg ya conocéis su origen.

Siguiendo el curso del Nahe nos encontramos con otro de los nombres a recordar, Hermannshöhle, de dónde los Dönnhoff trabajan 2 hectáreas de hileras, cuya poda y cuidado permiten claramente diferenciarlas de las filas de propiedad estatal, una reminiscencia curiosa y desfasada persistente en el viñedo alemán. Aquí la proporción de pizarra gris azulada marca mucho la tipología de los vinos, haciéndoles brillar en mayor grado con sus Rieslings secos o a niveles pradikats bajos, siendo en los Spätlese dónde más brilla su mineralidad. Ladera de curva abierta, con buena aireación y de orientación Sur/Suroeste presentando una bella estampa.

Pasado el pueblo de Niederhäusen encontramos la hectárea de Dellchen, un viñedo que conjunta en perfectas proporciones la pizarra y la vulcanita, y de cuya mejor sección se elaboró el Spätlese Halbmond 2004, sólo comercializado también mediante subasta de la VDP; y en propio Norheim, 1,5 hectáreas de Kirschheck y en Bad Kreuznach, Krötenpfuhl y algo de Kahlenberg que suele destinar para su Riesling QbA básico. Se tratan de pagos históricos del Nahe, pero los entendidos dicen que no suelen alcanzar la grandeza que logra Helmut con los vinos de Schlossböckelheim, Niederhäusen y Oberhäusen, extremo que se me escapa por la pura lógica de que nunca se me ha presentado la oportunidad de probar una botella de los mismos.

Las 20 hectáreas de extensión de viñedos que trabajan los Dönnhoff se complementan con las algo más de 2 hectáreas de la ladera de Leistenberg, en Oberhäusen, el primer viñedo que trabajó la familia, situado al sur del río y en cuya cota más alta, conocida como Felsenberg, hay plantadas, aparte de Riesling, Weissburgunder y Grauburgunder, que Helmut emplea para elaborar monovarietales de estas castas, además de procede de aquí la Riesling que da fruto al Tonschiefer. El 80% del viñedo está cubierto de Riesling y en el restante 20% lo conforman las otras dos variedades de uva. Testimonialmente Helmut ha intentado vinificar alguna curiosidad con estas variedades, cómo fue el caso de la añada 1991, donde se dieron las condiciones adecuadas para elaborar un Eiswein de Grauburgunder, pese a que por lo que parece al propio Helmut no acabó de verle la gracia al asunto y no volvió a intentarlo. De aquí mismo también salen las uvas del Sekt que elabora la bodega, y cuyo consumo se destina a familia y amigos.

La vinificación:

Desde la propia viña, segmentando las diferentes vendimias por parcelas y en distintos bloques, según las diferentes especificaciones para cada tipología de vino se inicia el proceso de vinificación, intentando trasladar cada característica de cada pago y adaptarla a su vinificación. Un ejemplo, para el Grosses Grëwach de Hermannshöhle vinifica la parcela más anciana, dónde más impera la pizarra gris y las raíces penetran a mayor profundidad, dando así vinos nítidamente minerales.

En la bodega Helmut posee toneles de madera de 1200 litros de capacidad, aunque le suele gustar combinar la fermentación y crianza de sus Rieslings con los tanques de acero inoxidable, dependiendo su periodo de estancia según los niveles de acidez. Si la añada presenta niveles de acidez altos emplea la madera de forma más prolongada y si es el caso contrario, prolonga más su estancia en inoxidable. Vinificación poco intervencionista pero siempre bien definida y perfeccionista.

La cata:

Ante la inminente cercanía del mediodía, antes de iniciar la cata, la mujer de Helmut, Gabi nos preparó un variado almuerzo con alguno de los productos típicos de la comarca y para acompañar el opíparo buffet, bebimos los básicos de la casa con las variedades francesas, cómo el Grauburgunder Trocken 2008, el Weissburgunder Trocken 2008 y el Weissburgunder -S- 2008, una selección vinificada en barrica. Buen nivel que se vio complementado con el salvaje y vibrante Riesling Trocken 2008 que vuelve a mostrar sus bondades, vendimia tras vendimia.

A la postre, con ese vino daríamos el pistoletazo de salida a la cata. La primera tanda, sería formado por la línea básica de secos empezando con el Tonschiefer Riesling 2008, el Felsenberg Riesling Trocken 2008, dando paso a los Dellchen GG 2008, Hermannshöhle GG 2008 y 2007, viéndose para esta línea muy buenas sensaciones, recordando a lo que hemos estado viendo con la añada 2007 superada ahora mismo en niveles de acidez, algo menos de madurez, pero templándose en grado alcohólico. Destellos minerales pulidos en Hermannshöhle GG 2008, con esa estructura tan bien definida que marca siempre los vinos de esta viña, con una interesantísima comparativa con su hermano 2007 y de la cual aún no se qué opinión extraer, y sin perder de vista a Dellchen GG 2008 que le va a la par en profundidad y estructura. Además se sirvieron un enorme Norheimer Dellchen Spätlese Trocken 1998 y un Dellchen Spätlese 1997, interesante pero sin llegar a los niveles del 1998.

En este punto de la cata llegaron los semidulces, con el Riesling 2008 cómo primera entrada, un QbA de libro, el Leistenberg Kabinett 2008 mostrándose ligeramente vibrante y un 1990 del mismo pago y nivel de Pradikat para mostrarse pleno y sin fisuras. A partir de aquí asomarían los Spätlese, dónde mejor brilla la mineralidad y el nervio de los vinos de Helmut, con el Brücke Spätlese 2008 estelar, y una vertical en toda regla del Hermannshöhle Spätlese con ejemplares de la vendimia 2008, 1998, 1989 y 1966. El primero viene muy grande, con todas las buenas sensaciones de la añada, pasando a otro portento de austeridad que es el 1998. La Añada 1989 mostraba muchas trazas de juventud, por lo que no me importaría tener una botella para ver su evolución y el 1966, curioso y ahumado, con los recuerdos a katsuobushi que dan los Riesling más ancianos, aunque parecía decirnos que su mejor tiempo ya paso.

En el año 2008 Helmut ha decidido no elaborar Auslese, ya que los niveles de cantidad de uva botritizada no alcanzan sus mínimos exigibles y prefiere dedicar las mejores uvas a los Spätlese. Por eso nos sirvieron Brücke Auslese 2007 y 1997, y así jugar con un añada clásicas en vendimias tardías y su hermanos del 1997, más pleno y con un recorrido trabajado más complejo. Por suerte en el 2008 vuelve a producir Eiswein y no sólo uno sino dos, Brücke Eiswein Dezember #21 2008, vendimiado el 30 de diciembre ya que se alcanzaron los -11ºC y el Brücke Eiswein Januar #22 2008, vendimiado el primer día de enero del 2009 con una temperatura de -18ºC. ¿Existe algún vino más puro que un Riesling Eiswein de Dönnhoff? Dedicaremos parte de nuestra vida en su búsqueda, aunque en ese momento el mayor debate era lograr poner a los dos en competencia y distinguir si existía algún tipo de superioridad entre ambos y la labor se convirtió en una tarea imposible.

Y cómo cierre y colofón, y dado que Helmut estaba próximo a celebrar su 60 aniversario bajó a la bodega en búsqueda de un vino que sirviera para tan magnífica tarea y se trajo una botella del Felsenberg Riesling Spätlese -Türmchen-#11 2001, vino de subasta VDP, parangón perfecto de esa línea tan sutil y poderosa que se alcanza con los Spätlese, juego de acidez, dulzor y mineralidad resuelta de forma maestra.

El paseo:

Finalizada la cata, y aprovechando que el sol volvía a asomar por detrás de las nubes, nos fuimos a pasear por los viñedos. Primera parada Hermannshöhle, dónde apreciamos los estragos de la erosión, cuyos efectos se intentan mitigar con el uso de una capa de paja seca, junto a compost propio, que les permite una mayor retención de la pizarra. El riesgo es que al tratarse de viñedos trabajados mediante tratamientos fitosanitarios biológicos, el uso de este tipo de sistemas puede provocar la aparición de plagas de polillas y en el justo uso de los mismos se encuentra la virtud. Aquí la Riesling ya empezaba a mostrarse madura, aunque aún le quedaba un mínimo de un mes de maduración para llegar a su cénit.

De allí, para Felsenberg, pasando por Kupfergrube. Un paseo apreciando la roca madre, que se muestra salvaje sobre el viñedo sin que la mano del hombre la haya domado y la pronunciada pendiente de alguno de los puntos de este alargado pago, hasta llegar al torreón dónde pudimos apreciar la visión del Nahe y Oberhäusen desde una perspectiva un tanto diferente. Una excursión que alcanzó su mayor grado de dificultad cuando iniciamos el descenso hacia las vías del tren que circulan paralelas al río, cruzando los viñedos repletos de afilada y resbaladiza pizarra, dirección al túnel que nos llevaría a Brücke.

Tres parcelas, a casi el nivel del Nahe, las dos primeras con las hileras de Riesling plantadas paralelas al río y la última, perpendicular al mismo. Curiosamente aquí la erosión está teniendo un efecto beneficioso, ya que las lluvias hacen que se aposente partes de pizarra de los pagos superiores y se vaya incrementando su proporción frente a los lodos arcillosos, más típicos de una ribera fluvial. De allí, vuelta al coche y hacia Oberhäusen.

Una jornada memorable que tendría su cierre con una cena en el restaurante que hay a los pies de Hermannshöhle, pero eso ya queda en el ámbito privado. De allí a coger las sábanas para soñar en la experiencia vivida sin sospechar que al día siguiente vivirímos otra jornada memorable.

14 comentarios :

  1. Catar en Dönnhoff es un placer, yo por desgracia lo pillé de vacaciones, pero los vinos si que los probé. Aunque no pude probar cosas viejunas como os sacaron a vosotros y me quedé en los 2008... lo que mas me gustó es pasearme por todas las viñas que controla esta bodega a través de sus vinos. Como se nota que andabais con el talibán y solo os sacaron lo que lleva. Una lástima que no probarais Kirchheck. Los vinos de esa viña me parecen muy muy ricos, sobretodo en spätlese. No es Hermanshöhle, pero tienen un caracter propio muy interesante. El eiswein una experiencia fantástica. Yo no se cual probé de los dos, salió de una botella sin etiquetar y la chica que lo sirvió dijo que creía que era el de enero, aunque no estaba seguro. Una joya de vino.
    Saludos

    Olaf

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  2. ¿Puede que fuera Christina Dönnhoff la que os sirviera el Eiswein? Se ve que está ayudando cada vez más en la bodega.

    Referente a probar los vinos de Kirchheck, me parece lógico que no nos dieran, aunque me lo apunto por si se me cruzan por delante. Tengo el problema de que aparte de F.M.W. mis camellos en Holanda y Alemania no trabajan con este pago ni con Krötenpfuhl. Una lástima, porque cualquier vino de Helmut resulta un disfrute para los sentidos.

    Un abrazo y a ver si os pasáis con Sara algún día por Barna y desconectáis del período centroeuropeo.

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  3. Victor,

    la persona a la que hace referencia Olaf, sino recuerdo mal, es la pareja de Cornelius (el hijo de Helmut).

    El "problema" de los vinos de Helmut es que me gustan todos, aunque unos más que otros.

    Creo que la selección aquí estuvo basada fundamentalmente en la selección que Fritz Michael Wöhr hace de la bodega para distribuir en España. No era justo pedir más vinos después de más de una veintena catados...como sois! :-)

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  4. Si, era la pareja de Cornelius.

    A mi también me pasa eso de que me gustan todos los de Dönnhoff, menudas enfermedades mas raras que tenemos, jejeje.

    Si bajo a Barna (que ya hay ganas) a ver si llevo una botella de Kirchheck, con suerte aun queda algún 2005 en una tienda de por aqui.
    Saludos

    Olaf

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  5. ¡No tenemos remedio Herr! No perdonamos ni una. Fíjate, que cuando quiera Olaf, montamos otra horizontal de Dönnhoff.

    Buen fin de semana.

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  6. Qué será esto de las verticales que al final acaban siendo verticales! (bueno, las botellas verticales, nuestros cuerpos...)

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  7. Excelente crónica de un viaje al que de verdad me duele mucho no haber podido ir con vosotros. A ver si un siglo de estos las cosas van algo mejor y me puedo apuntar un verano. Gracias por compartir vuestras experiencias.

    Y qué decir de Dönnhoff. De este hasta los andares…

    Saludos,
    Eugenio.

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  8. Venga Eugenio,

    el ofrecimiento para el próximo año lo tienes por mi parte, a ver si el resto acompaña.

    Saludos!

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  9. A ver qué se puede hacer. De momento nos conformamos con beber, que no es poco, y con leer estas crónicas que al menos nos hacen imaginarnos el percal.

    Un saludo a todos,
    Eugenio.

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  10. Me uno plenamente a Eugenio en todo lo que dice.... ojalá cambien las tornas algún día y podamos disfrutarlo con vosotros, BRIBONES!

    Un abrazo.

    OG

    PD: Si se me permite, me añado a esa vertical divina que se está cuajando por ahí arriba.

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  11. Gracias chicos por los comentarios.

    He andado algo liado por el Douro durante el fin de semana y no me había dado tiempo a entrar a comentar.

    Aunque me consta que os agradan sobremanera las verticales, habiamos comentado que lo suyo sería una horizontal, que también sé que apreciais sobremanera.

    Saludos.

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  12. Acabo de leer mi confuso mensaje sobre las verticales y horizontales y lo que quería decir era que esas verticales acaban siendo horizontales (verticales para las botellas y horizontales para nuestros cuerpos)...la levitación (estadio posterior) todavía no la hemos conseguido, por lo menos físicamente!

    Y ahora mi pregunta: ¿de qué añada queréis organizar horizontal de Helmut?

    Por cierto, un chisme, la última semana de septiembre fue aprovechada por Helmut para organizar una fiesta por todo lo alto y celebrar su 60 aniversario en el almacén propiamente dicho: reunió a más de 250 personas, tres cocineros mediáticos alemanes (uno de ellos el más venerado actualmente) y el vino que se bebió por cajas fue el Hermannshöhle Spätlese 2003 que según algún "Bob Esponja" que circulaba por allí era simplemente un dulce de calidad Auslese con un nivel de acidez no propia de la añada: otra Meisterstück de Helmut.

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  13. ¿2005?

    Por cierto, ¿se ve lo de arriba?

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  14. Pues de 2005 no tengo secos más que el básico, bueno y una magnum de HH que pone 'NO' como en las de Valdespino! Bueno también Weisburgunder :-)

    Habría también disponibilidad de Auslese de HH y SL de Brücke (en magnum). También tengo AL de Brücke pero también pone 'NO' :-)

    La añada que tengo más completa (a excepción de secos) es 2003 (hay SL y AL de los dos pagos más reconocidos y algo de Felsenberg y para acabar Eiswein!).

    ¿Qué quieres decir si se vé lo de arriba?

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