Comprometidos con los lodos del Rin

Tras cruzar el río mediante el ferry de Bingen, dirección a Rüdesheim y disfrutar de las panorámicas vistas de la colina, justo en el punto dónde se encuentran el Nahe, Rheingau y el Hesse Renano, llegamos a Rüdesheim. Una ciudad medieval, con cierto encanto retro, de turismo muy relacionado con el vino, pero a la vez, parece ser el paraíso de la tercera edad, con un marcado acento en el divertimento para esas edades. Paramos para tomar las instalaciones del Rüdesheimer Schloss, la que sería nuestra casa durante la visita por el Rheingau y prepararnos para ir a Oestrich a visitar a los Kühn, quienes ya habíamos tenido el placer de conocer durante la presentaciones de Vins Alemanys en Girona.

Pero cómo era ya la una del mediodía, lo mejor era ir a comer antes de la visita, y utilizamos el Zum Krug de Josef Laufer en Hattenheim cómo punto de encuentro con Angela y Peter Jakob Kühn. Allí descubriríamos un manjar que nos acompañaría durante todo el viaje, el wildschwein (vamos, jabalí), tanto en su versión ahumada cómo en sus diversas formas de cocinarlo. Además, de paso, con los vinos servidos descubriríamos que a los Kühn les gusta usar el término vollmundig (algo así cómo grandioso u ostentoso) para referirse a sus rieslings más dulces. Una buena comida, con un marcado acento local.

De allí, para bajar la comida, un paseo por las viñas, con los loess arcillosos y los guijarros de cuarcita del G.G. Doosberg cómo primera parada, dónde Peter Jakob relató la influencia del Rin en este viñedo, dónde la colina no muestra una excesiva pendiente y la exposición permite una óptima madurez. De allí provienen también las uvas del Quarzit, su segundo vino. La conversación derivó hacia los tratamientos de protección del viñedo, ya que la bodega posee el sello de calidad bio, cada vez más extendido por el viñedo germánico.

Y ya que estábamos en esa tesitura, subimos a Hallgarten, hasta la parte superior de la ladera, para poder apreciar toda la extensión de la colina y además, justo en el linde con el bosque, descubrir una parcela dónde Peter Jakob tiene su zona de compostaje, dónde procesa su propio abono orgánico, formado por compuestos del propio viñedo, forrajes especialmente seleccionados y estiércol de una explotación ganadera ecológica muy cercana, controlando en todo momento su procesamiento y descomposición.

Tras la lección, bajando paralelos al G.G. Lenchen (el otro nombre a recordar de la bodega), nos dirigimos hacia las pequeñas instalaciones de la bodega, que se sitúan justo a los píes del G.G., dónde realizaríamos la cata de sus riesling, tanto de sus rieslings secos básicos, cómo el nuevo básico de la bodega, el Jacobus Riesling trocken 2008, cómo sus dulces, destacando su St. Nikolaus Auslese 2008, un viñedo que se sitúa muy cercano al río, entre los pueblos de Oestrich y Mittelheim, perteneciendo a este último y especialmente favorecido para poder realizar vendimias tardías, siempre destacando por su frutosidad. De la cata, a modo de resumen se podría extrapolar un correcto nivel cualitativo para la añada 2008 pero algo descompensado en su rango de precios. En dulces, una añada clásica y fresca.

De allí, acompañados por los Kühn, visitamos la histórica propiedad benedictina de Schloss Johannisberg. Está escrito que en esta propiedad, desde 1718 el Obispo-Principe de Fulda, Heinrich von Bibra, mandaba por escrito el permiso para iniciarse la vendimia mediante un jinete. Por algún motivo el año 1775 el jinete llegó muy tarde a su acometido y las uvas se habían visto afectadas por la muy noble botrytis cinerea, iniciándose así la magnífica historia de las vendimias tardías alemanas con la Riesling. Propiedad histórica, productora de vinos que actualmente no reflejan su histórico origen y en cuyos viñedos pasa el paralelo 50º, extremo límite norte histórico de la supervivencia de la vid.

Finalizada la visita nos despedimos de Angela y Peter Jakob para dirigirnos a Rüdesheim dónde encontrarnos con Theresa Breuer para cenar con ella, en lo que sería uno de los mayores ágapes pantagruélicos que he tenido ¿el placer? de asistir, no apto para espíritus frugalistas, en el Rüdesheim Schloss, al más puro estilo Oktoberfest, repasando todo el cancionero popular alemán, parte del estadounidense y algún que otro ¡Y viva España!, magna obra de los maestros Caerts y Rozenstraten. Pero quede este recuerdo en el limbo y sigamos con la visita al día siguiente, junto a Heinrich Breuer.

Anexo fotográfico: Weingut Peter Jakob Kühn.

7 comentarios :

  1. Hola Víctor
    Muchísimas gracias por toda esta información.
    Agradecerte que nos hagas participes de tus experiencias personales.
    La forma que tienes de contarlo me hace trasladarme al lugar.
    Espero en algún momento tener la oportunidad de visitar tan idílicos lugares.
    Beber para contarlo

    ResponderEliminar
  2. Hola Bentley,

    me ha encantado lo de beber para contarlo. Las gracias os las tengo de dar yo por perder un rato leyendo mis batallitas.

    Y efectivamente Rheingau y Nahe bien vale un buen paseo, pero sobretodo en temporada cálida.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Gracies per les lliçons sobre els vins alemans. Per cert, quina sort poder viatjar amb Michel Worh, vaig poder disfrutar d'una presentació al Celler de l'Aspic fa uns anys i vaig disfrutar com un mico. Per cert que et sembla St. Urbans-Hoff? A mi m'agrada molt sobretot per la qualitat-preu

    Víctor
    www.armaridespecies.blogspot.com

    ResponderEliminar
  4. Gràcies Víctor,

    però intento no donar lliçons, sino mès bé, explicar experiències viscudes. Precisament un dels que va venir amb nosaltres va ser en Toni Bru, gran coneixedor dels vins alemanys i segurament dels primers que van parlar d'ells a Tarragona.

    De St. Urbans-Hoff m'han parlat bé, com a correctes Moseles de preu ajustat, però no recordo haver provat cap.

    Salut.

    ResponderEliminar
  5. Gràcies per afegir-me!!

    En Toni, n'he sap un ou, vaig tenir la sort de poder treballar a l'Aspic. Jo venia d'estudiar enologia a Falset i ell em va empenyer a estudiar i apendre sobre sumiller. Els caps de setmana estic a Marçà.

    Salut,

    Víctor

    ResponderEliminar
  6. Jejeje, has definido muy bien el ambiente de Rüdesheim.
    Saludos

    Olaf

    ResponderEliminar
  7. De res Vítor, ens veiem per allà.

    Olaf, dicen las malas lenguas que en la que parecía la única discoteca de Rüdesheim si pedías un gintonic te lo servían sin tónica y con una especie de pulco de limón. Intolerable.;-)

    Saludos a los dos.

    ResponderEliminar