Petrus 1995

Una reflexión en voz alta. El que escribe estas palabras (perdón por el uso de la tercera persona) se tiene por un enochalado, pero hay veces que piensa que su pasión le lleva a cometer locuras, aunque estén justificadas. Hace relativamente poco recibí una llamada de un amigo comentándome la disponibilidad de poder sentarnos junto unos cuantos enochalados más y poder abrir uno de los mitos mundiales de los vinos tintos. Se trataba de Petrus, Pomerol por antonomasia, Burdeos de la ribera derecha, cuya fama es equiparable a su precio. El punto de encuentro era el Monvínic, dónde disponían de unas cuantas botellas de dicho vino, compradas en subasta de Sotheby's NY por el propio Sergi Ferrer-Salat a un precio atractivo.

Pese a que podría comentaros las interioridades de la propiedad, perteneciente al imperio Moueix, las grandezas de los suelos arcillosos con margas azules de las 11,4 hectáreas que gestionan, las 6 hectáreas originales más las 5,4 hectáreas compradas en los 60's al Château Gazin, mayoritariamente plantadas con variedad Merlot y algo de Cabernet Franc, prefiero centrarme en la experiencia de la copa y remitiros a dos artículos, ya clásicos, dónde se nos da luz frente el mito. El primero de Ignacio Carrión aparecido en el País Semanal y el segundo un completo artículo de Luis Gutiérrez y Alberto García, aparecida en la sección de enológica de El Mundo.

Volvamos a la copa. Se exhibe con un impactante rojo cereza oscuro presentando con un ligero ribete atejado, mostrando una buena capa. Estamos ante un monstruo de concentración en nariz, muy apretado, compacto, mostrando un perfil algo estático, dejando de lado los aromas florales y presentándose en primer plano más vegetal y terroso. Robusto, con su sutileza, pero también contundente. La fruta negra está enmascarada por la tinta china, aunque se presenta ligeramente licorosa, ¿verdores de madurez laxa?, grafito, brea y regaliz de fondo. En boca tiene tolo lo que nos haría pensar una añada como la de 1995, siendo redondo y corpulento, con una estructura tánica pavorosa, pero no hiriente, más bien satinada. Paso de mano de hierro pero con evocaciones por la retro muy especiadas, con un poquito de canela, pimienta negra y clavo, algo balsámico. Su final es lo que marca y tras su paso se siente que dura, dura y dura, 93 PF.

Mi conclusión frente a este vino es que quién esté dispuesto a gastarse sus doblones en él esté bien informado y sepa que parece encontrarse aún lejos en una ventana de consumo óptima, dónde encontrarlo pleno y exquisito, aunque su poderosa estructura ya muestra su grandeza. Para interesados, Primeras Marcas es su importador.

7 comentarios :

  1. Victor; me has recordado un suceso muy antiguo en mi corta vida pero que cada vez que lo recuerdo me pone malo.

    En cierta ocasión, en una cena de gentes muchisimo mas ricas que yo a donde acudi invitado se abrio una botella de Petrus. Recuerdo que se abrio, recuerdo la etiqueta y recuerdo que lo probe pero la ignorancia hizo que no lo degustase (no sabia lo que era vino ni sus virtudes ni nada de nada... tenia 19 años)

    Cuanto nos perdemos en la juventud algunos por ignorancia. Puedo decir que probe el Petrus... pero no puedo decir a que sabe ni lo que senti. En fin

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  2. Te entiendo perfectamente Jose Luis, yo también tengo pecados de juventud que por suerte alguien tuvo a bien explicarme y por suerte, darme las primeras indicaciones para que pudiera disfrutar plenamente mis primeros escarceos con los vinos.
    Y, en confianza y ahora que no nos lee nadie, Petrus sabe y vuele a lo que es, vino.

    Saludos.

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  3. Hola,

    yo he probado Petrus 1995. A ciegas en una mega-cata con otros 40 vinos de semejante categoría lo dejé en el medio de la tabla, y le dí 92 puntos.

    Me gustó pero no me entusiasmó. Dicen los que saben que Petrus sólo es grande cuando han pasado muchos años.

    Pero recientemente se me cruzaron dos botellas de Petrus 98 procedentes de un restaurante que estaba interesado en hacer un poco de liquidez y ni a pesar del precio y de tener un grupo de amigos para repartir costes y beneficios nos decidimos.

    pisto

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  4. Supongo que ése es el "precio" a pagar por enfrentarse a los grandes mitos. Cuando pasa ese tren hay que cogerlo, claro, pero puede que lo cojas demasiado pronto para esa botella o tarde o...Yo no he tenido jamás esa oportunidad, pero me gustaría algún día, claro que sí. Eso también: minimizando los riesgos, si es posible, es decir guiado por alguien con experiencia.
    Saludos
    Joan

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  5. Yo he probado varios de los grandes, aunque no se si las añadas eran las mejores. Para mi lo fueron. Petrus todavía no he tenido la oportunidad de catarlo, hoy me han llegado tres botellas del 04 y mañana las entregaré a su nuevo dueño. ¡Lastima!
    Y tienes razón en lo que dices. Este verano bebí un Cheval Blanc y si no me lo llegan a decir no creas que lo hubiera puntuado muy alto. Pero el ver la etiqueta te condiciona tanto que luego no sabes si verdaderamente lo has disfrutado.
    Saludos.

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  6. Pisto, compartimos bastante la opinión sobre el mismo. Seguramente ninguna de las dos formas de enfrentarse a un vino (la de la cata entre 40 vinos y la de una botella repartida entre un grupo tan grande) sea la mejor manera de hacerle justicia, aunque siempre es interesante contraponer estilos y vinos para poder calibrar las bondades de la botella, aunque la muestra para mi sea excesiva.

    Joan y LGdN, no es precisamente la primera vez que me enfrento a un "grande" de Burdeos (mala selección del verbo utilizado, ya que siempre es un placer hacer este tipo de encuentros) y mi experiencia me dice que suele ser necesario un bagaje previo para encontrarse con este tipo de vino.

    Saludos.

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  7. Dios que infanticidio :), una locura por la edad! Sin verguenzas :P jajaja.

    Sinceramente, a Petrus hay que llegar con una historia de vinos a las espaldas creo yo, más que nada para poder y saber valorarlo y disfrutarlo.

    Con todo el precio, no es indicativo de nada más que ser un vino codiciado. Aunque no me cabe duda de que se trata de un vino GRANDE.

    ¡Qué envidia!

    Saludossss

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