Desayuno con Pézerolles

Durante los actos de celebración del décimo aniversario de la distribuidora Cuvee3000, que tuvieron lugar en Barcelona, se realizó una cata paralela al evento oficial VitisVinifera dónde Juan Valencia, alma y propietario de esta empresa, nos presentó la nueva referencia en su, ya de por si, extensa cartera de bodegas. Los vinos de los de Montille ya tenían cierta implantación comercial en Barcelona, de la mano de Decanter Vins, pero parece ser que Etienne ha decidido dinamizar más su relación comercial con España, y por ello ha iniciado esta nueva andadura comercial.

Este pequeño domaine, con una historia enraizada en la aristocrática familia De Montille, inició su andadura en el siglo XIX, viviendo etapas de altibajos y cuyo rumbo cambió definitivamente con la figura, ya casi mediática, de Hubert de Montille, quién recogió las riendas del negocio familiar en 1951 y expandió su cartera de viñedos hasta las 7,85 hectáreas. A partir del año 2005, tras el repartimiento de las viñas de Domaine Thomas-Moillard, entre la familia Seysses (Domaine Dujac) y los De Montille, la propiedad ha alcanzado las 15 hectáreas de viñedos propios, adquiriendo parcelas de pagos tan afamados como Corton-Clos du Roi, Clos Vougeot o Malconsorts en Vosne, entre otros. A parte de la bodega familiar, existe también la línea de negociant que explotan bajo la marca Deux Montille Soeur et Frère.

Indudablemente existía un estilo propio para los vinos de Hubert, no precisamente fáciles en juventud, muy alejados de la visión del carácter epatante y directo de la escuela moderna, y si más en sintonía con la busqueda de la expresión del terroir a través de la evolución en botella. Su vinificación, con fermentaciones a una elevada temperatura, sin despalillar enteramente el racimo, empleando largas maceraciones en tinas de roble abiertas y un uso prudente del roble nuevo (entre el 20 y el 30 % en las añadas más maduras), beneficiándose de un proceso de crianza entorno a los 22 meses, permitían obtener unos de los Volnay y Pommard con mayor reflejo de la tradición borgoñona.

Pero tras la jubilación del emblemático Hubert, sus hijos Etienne y Alix asumieron el control y quisieron aportar su propia visión de cómo deberían reflejar sus origenes los vinos que elaboraban. No se trataba de una ruptura total con la filosofía de su padre, pero sin duda daban un giro a la idosincracia del domaine, viéndose reflejado en la menor utilización de los raspones en la maceración pelicular y dando un periodo de crianza en pièce inferior, entorno a los 18 meses. El propio Etienne nos confirmaba que su anhelo no era realizar vinos del agrado de Robert Parker, pero tampoco buscaban agradar a su padre, sino más bien realizar un vino que reflejara su filosofía.

Para ilustrarnos, se realizó una vertical de este 1er cru de Pommard, comentada por el propio Etienne de Montille, y traducida por Javier Zacagnini, dónde probamos 6 añadas provenientes de una parcela de algo más de una hectárea de viñedo situada al norte del núcleo urbano, en la parte central de la Côte de Beaune. Y estas fueron las conclusiones que extraje:

Pommard 1er cru Les Pézerolles 2005:

Un año seco, pero no excesivamente cálido, fue la tarjeta de presentación para esa vendimia, que trajo consigo una fruta madura y con un estado sanitario satisfactorio. Siendo este vino una muestra de barrica, las sensaciones que ofrecía no reflejaba la buena fama de la vendimia. Parco en aromas, no parecía haberle sentado bien el viaje.

Pommard 1er cru Les Pézerolles 2004:

El propio Etienne comentaba el duro trabajo de selección de fruta, tanto por problemas con el oídio, como por las granizadas caídas durante el final del verano, que afectaron sobremanera a la zona de Volnay, de dónde la bodega vinifica los pagos de Taillepieds, Champans y Mitans. Pese a tratarse de una vendimia simplemente correcta para los tintos de la Côte de Beaune me pareció un muy buen trabajo, tanto en el viñedo como en bodega, y el vino logrado mostraba una gran intensidad nasal, bien definida (ya), con armonía y elegancia imponiéndose a la concentración y con una estructura tánica bien cerrada. Con frescura y persistencia.

Pommard 1er cru Les Pézerolles 2003:

La canícula de ese caluroso verano precipitó los acontecimientos. Tras determinar el potencial de madurez fenólica de la uva se decidió adelantar la vendimia al 22 de agosto, casi un mes antes de lo que solía ser habitual. Con la fruta en un punto de maduración altísimo, con los azúcares disparados, hizo decidirse a Etienne a vinificar la uva sin despalillar, macerándola entre 4 y 5 semanas, dándole una crianza en roble nuevo sólo del 20%. Tras la explicación de las circunstancias que rodearon la vendimia volvió a surgir el debate que comporta la cosecha del 2003. Algunos se empeñan en decir que fue una gran añada, otros lo matizan en que fue una añada excepcional (por las circunstancias) pero desequilibrada de base, pero mi conclusión, sobretodo ante el vino catado, es que no se veía el reflejo de un Pommard.

Pommard 1er cru Les Pézerolles 2002:

Tras un año fresco, el septiembre soleado y seco trajo consigo unas condiciones de fruta perfectas, tanto a nivel de madurez como de estado sanitario, por lo que la materia prima se encontraba preparada para ser magistralmente interpretada. Etienne volvió a reducir el uso del raspón en la maceración y gracias a las frescas condiciones de la bodega los vinos no realizaron la fermentación maloláctica hasta octubre. Pese a que la bodega no suele emplear la chaptalización en demasía, según las circunstancias de la vendimia, cada año hay un mínimo porcentaje de aportación de azúcar al mosto. Pues bien, las condiciones de la añada permitieron no realizarla en ninguno de sus vinos. Seguramente tras el 1999, el vino más completo, deliciosamente fragante, seguramente con una menor estructura, pero con una mayor pureza. Gran Pommard.

Pommard 1er cru Les Pézerolles 2001:

La eterna pregunta, ¿fue una gran añada? Para Etienne volvió a ser una cosecha plena de dificultades, de carácter fría y lluviosa, dónde volvieron a asomar los problemas con el granizo, y se hizo necesario un gran trabajo de selección en el viñedo. Decidieron emplear un prensado más suave de lo habitual y a la vez, acortar la maceración de la uva dos días menos. Tras estas medidas empleadas para intentar equilibrar la concentración del mosto, se prefirió no utilizar vino de prensa para no incurrir en desequilibrios con la mezcla final. El vino muestra muy buenas sensaciones, sobretodo de carácter mineral, pero para mi gusto está por debajo del 2002 y 1999, incluso me atrevería a ponerlo por debajo del 2004.

Pommard 1er cru Les Pézerolles 1999:

Ante una añada con tan buen nivel de madurez, Etienne decidió emplear un porcentaje superior de roble nuevo, no excesivo, utilizando el menor número de bazuqueos posibles. El vino se mostraba intenso, pleno, complejo y denotando unos buenos años de evolución por delante. Si se compara con los primeros vinos se ve perfectamente una evolución en el estilo de la bodega, pese a la disparidad de las condiciones de cada vendimia. Y es que, pese a que Etienne ya tuviese el control de la bodega, sus primeros pasos se mostraban plenamente tutelados por su padre y año tras año, vemos el reflejo el carácter del hijo en sus vinos.

13 comentarios :

  1. Superinteresante tu artículo, Víctor. Me da mucha envidia no poder estar en Barcelona para ir a esos eventos, máxime tratándose de un Domaine que me interesa mucho y sobre el que tengo muchas incógnitas.

    Tú que has probado añadas de padre e hijo, ¿cómo ves la evolución de estilo de la bodega?

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  2. Se ve en el vino y se percibe en el carácter de ambos, no se si pudiste ver Mondovino. El giro no se si calibrarlo como positivo en términos generales, pero hemos ganado en una cosa. Los vinos de Hubert eran difíciles en juventud, rústico y necesitados de botella, y por ejemplo, no me importaría comer hoy con ese 2002.

    Por contradictorio que parezca Hubert no es precisamente un tipo con la boina encalada y estrechez de mente. Sería divertido conversar con él y preguntarle por su opinión sobre las "vieilles vignes" y las podas en verde. Como ha dicho en conversaciones anteriores, puro marketing. 8-)

    También hemos ganado con el cambio generacional que parece que Etienne se atreve más con los blancos, y ya en 1993 se pillaron una pequeña parcela de Cailleret en Puligny que año tras año se muestra a la altura de un Grand Cru, casi a la altura de los de Lambrays.

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  3. Coincido contigo, JA. Por si te sirve de alivio, que ya sé que no, yo estoy en Barcelona y tampoco estuve en ese evento: será por los contactos que tiene Víctor, pero a un servidor le hubiera vuelto loco poder charlar con los actuales responsables de la bodega: no hay nada que te haga entender mejor un vino.
    Venga, Víctor, a la próxima avisa, ¿eh? (guiño de complicidad, acompañado de voz moderadamente ingenua).
    Saludos!
    Joan

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  4. Sí que vi Mondovino, y eso ha suscitado en buena parte mis suspicacias. Y es que ya Nositer daba a entender en su cinta que Etienne no compartía la filosofía tan radicalmente terroirista de su padre, o así lo entendí yo, sino que prefería hacer concesiones en pos de un más pronto disfrute de sus vinos.

    Pero al margen de películas, supongo que se tratará de una diferente forma de ver el mismo terruño, una forma más actual y práctica de verlo, más comprometida con un mercado sin el cual no podría existir bodega alguna. El tiempo pondrá a cada uno en su lugar.

    Y otra pregunta. Al margen de cambios generacionales de estilo dentro de la bodega, ¿dónde situarías el actual estilo de Montille? ¿Cómo lo describirías en relación con el estilo de hacer vino de otras bodegas de la Borgoña?

    Lo del Caillerets suena de lo más prometedor. No he tenido la suerte de probarlo...

    JA.

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  5. Joan, que me gustaría a mi poderos invitar a estos eventos, pero soy el primero en no tener entrada libre. ;-)

    Por cierto, que en el VitisVinífera tampoco te vi y allí si que era fácil conseguir entrar. Si hubieses ido, el propio Etienne te habría servido un buen surtido de sus vinos, como un Beaune Les Sizies, Volnay 1er Cru Les Taillepieds o el mismo Les Pézerolles del 2004, amén de un Puligny Cailleret 99 profundísimo, un Meursault Les Casses-Têtes 2004 del negocio familiar que gustó mucho al Director o el delicioso borgoña genérico Clos du Château 2004 de Château de Puligny-Montrachet, entre otros.

    Jose Ángel, ojala la Borgoña permitiera hacer afirmaciones tajantes, pero ni siquiera lo escrito hoy pueda quedar como algo a tener muy encuenta. En un principio mantendría los vinos de Etienne en la escuela clásica de Angerville, Rousseau, Lafarge o su propio padre, pero quién sabe si los años llevarán a sus vinos al lado de la precisión en la búsqueda de la expresión de la Pinot Noir, dejando en menor grado el terruño, tipo Dugat-Py, Mortet o Perrot-Minot. O quién sabe, una escuela intermedia como Esmonin, Arnoux, Clair o Lambrays. Si tú tienes dudas, yo aún más.

    Poco a poco iremos sacando conclusiones, para volver a llegar a la misma, esto se reescribe cada día.

    Saludos.

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  6. ¡Ya lo sé, amigo mío! El comentario era de los de "con guiño de complicidad! (pasa que con el uso de estos iconos soy un lerdo).
    Por lo demás, no estaba porque me encontraba fuera de Barcelona; si no, sin duda, me hubiera pasado las horas allí, catando tranquilamente y comentando.
    Tengo previsto un próximo viaje de estudios a la Borgoña: unos días de buen paseo, de pisar la tierra, de visitar bodegas significativas, para entender mejor todo. Ya os contaré a ver cuándo lo apaño.
    Saludos,
    Joan

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  7. Aún así, Víctor, tus opiniones me parecen de lo más valiosas.

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  8. Vaya cambio de look.

    Me va a costar acostumbrarme, pero si esto sirve para que escribas más ;-)

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  9. Taca, colleja en la nuca... ;-)

    Joan, mejor no me hables de viajes. Hoy debería de estar en la Champagne con álguien que ya conoces y por motivos familiares (una boda) he de quedarme en BCN...

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  10. Aqui estamos en un ciber de Epernay. El tiempo parece a la inversa. Aqui luce un sol del carallo y un dia de manga corta.

    Hasta manana. Desde este teclado raro

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  11. ¡Qué bien vives puñetero! Si no fuese que estás en viaje de trabajo te diría que de mayor quiero ser VC. ;-)

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  12. Victor F,

    en efecto tu amigo Victor C vive mejor que lo que nos quiere hacer creer. Ya me imagino sus problemas con el teclado: 8 visitas a bodegas antes de pillar un Cyber y en Eppernay con un buen milessimé en mano este no atina ni a darle a la barra espaciadora.

    Confiemos en que baje comme il faut: repleto de vinos que probar, gratis por supuesto! ;-)

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  13. Efectivamente majetes, almenos hay uno que trabaja :)))

    No obstante, suelen ser los que más hablan los que menos deberían (eh Herr?).

    Saludos.

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