Del origen de Grange

La de vueltas que da la vida. No deja de tener cierta gracia que el origen de uno de los vinos tintos más icónicos de Oceanía tenga cierta relación con Jerez.

Después de la II Guerra Mundial se dio un boom del Fino en el mundo anglosajón y la australiana compañía Penfolds Wines no era ajena a este éxito y se dedicó a elaborar su versión-homenaje-copia del Jerez seco. Eran tiempos donde no existía la protección de las leyes de la UE y era común realizar versiones de vinos históricos europeos (Porto, Marsala, Madeira, etc.).

Lógicamente no se dominaba del todo el control de la crianza biológica y se enviaba a los enólogos australianos a Jerez para estudiar las novedades de la vinificación. Eran tiempos de investigación y desarrollo en el Marco. En 1950 Max Schubert (1915-1994), el que fuera histórico enólogo jefe de la casa, visitó Jerez con toda la intención de aprender sobre los secretos de la flor y el encabezado.

De vuelta a casa organizó una visita a Burdeos, dónde de la mano de Christian Cruse (de la conocida familia négociant Cruse, desgraciadamente conocida por el fraude de vino de 1973) pudo probar vinos de la región que con más de 40 años de botellas se mostraban plenos, sublimes e intensos.

Impresionado, esto le inspiró y decidió adoptar un enfoque totalmente nuevo para las técnicas de fermentación y la crianza en madera, con un buen uso del roble nuevo. Para ello empleó las uvas de la Shiraz plantada en la finca del Doctor Penfold en Magill y en Morphett Vale (Adelaide), y el vino fue madurado en barricas nuevas de roble americano durante 12 meses. Se etiquetó como Grange Hermitage aunque no se comercializó (la foto de la botella fue vendida en subastada)

Tan intensa era esa Shiraz que en cata se asemejaba más a un Porto seco que a un claret de Burdeos. Las primeras cosechas fueron complicadas y desde la propia bodega no se veía viable la posibilidad de realizar un vino tinto estructurado, longevo y elegante. En 1957 Schubert recibió la orden de abandonar la producción de Grange; en vez de eso tomó la decisión de envejecer en botellero las primeras cosechas y esperar su desarrollo. El tiempo le dio la razón y el resto es historia.

Si estáis interesados en conocer más sobre Grange se ha editado un libro para coleccionistas:

A year in the life of Grange

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