Clos de la Coulée de Serrant 1988

Ya muchas cosas se han dicho sobre los vinos de Nicolas Joly, padre de la aplicación a la viticultura de los métodos biodinámicos en su no menos mítico Clos de la Coulée de Serrant, en Savennières (Loira). Lo más sensato es afirmar que sus vinos nunca te dejan indiferente.

La primera vez que oí (mejor dicho, leí) sobre la Coulée de Serrant fue en el extra de la revista “Historia y Vida”, dedicado al “Vino en la Historia” en donde el gran Néstor Luján nos narraba sobre los que el gastrónomo Curnonsky consideraba los 5 mejores blancos de Francia (Montrachet, Yquem, Château-Chalon, Château Grillet y la Coulée de Serrant). Ha pasado el tiempo, unos se han mantenido y otros han pasado al ostracismo. Lo más curioso es saber que los vinos de la CdS en tiempos de Curnonsky se asemejaban más a un vino licoroso, que a un blanco seco de Savennières.

La botella de este CdS estaba estratosférica, camaleónica, tanto en carácter como en matices. Muy evolutivo, pero sin estridencia y yéndose cada vez a más, en algunos momentos se mostraba algo animal, con brett, luego aparecía un carácter frutal, algo de mineralidad y de fondo el petroleado de los grandes Riesling. Sinceramente, muy joven para ser un 88, con una magnífica acidez y persistencia. Muestra de toda la grandeza del terroir del Clos, que esperemos que la biodinámica se encargue de mantener. 96 PF

Paco Berciano, propietario del Lagar de Burgos es su importador para España, pero los vinos de Joly son fáciles de encontrar en Barcelona y Madrid, donde Lavinia y Vilaviniteca tienen un buen surtido, a un precio entorno a los 40-55 euros.

4 comentarios :

  1. Los vinos del Coulee de Serrant antiguos son licorosos porque esos eran los vinos que se hicieron siempre en el Loira. Los tintos son cosa reciente, y los blancos secos surgirían cuando aparecieron métodos de vinificación que permitieran fermentaciones completas.

    De hecho, en las visitas que he podido hacer a Huet, en la bodega reconocen que el estilo tradicional del Vouvray es lo que ellos llaman demi-sec, que en función de los años es un vino ligeramente dulce (ejemplo el 2001) o dulcísimo (ejemplo el 2003).

    También, en las dos visitas que he hecho a La Ferme de la Sansonniere, Mark Angeli me explicó que su vino Rosé d'Anjou es ligeramente dulce porque tras probar uno de sus primeros rosados con uno de sus vecinos, éste le dijo que su vino sabía exactamente igual que antes de la guerra (la IIGM), dando a entender que hasta los rosados eran ligeramente dulces.

    Hoy en día somos grandes aficionados a los tintos secos (que hace 500 años eran anecdóticos) y los blancos secos (que nunca existieron). Probablemente el vino hace 500 años era fundamentalmente un vino blanco con un grado de dulzor variable.

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  2. Muy interesante Pisto.

    Me parece que voy a tener de franquiciarte el puesto porque, a parte de tener más conocimientos sobre la materia, te explicas mucho mejor que yo.

    ¿Has presentado la declaración de la Renta? ;-P

    Ahora en serio, la aplicación de nuevas técnicas de vinificación habrán permitido con el tiempo un mayor conocimiento de como elaborar vinos blancos secos, pero supongo que las condiciones de cada añada le confieren unas cualidades específicas que se ven reflejadas a través de cada vino, y si no acuérdate del orgásmico Vouvray Clos du Bourg Sec 1961 de Huet.

    Saludos.

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  3. Estimado Víctor, no me hace falta presentar declaración de la renta pues soy bohemio y vivo del aire ;-)

    Respecto al Clos de Bourg Sec 1961 (impresionante vino, pardiez), ¿te llevarías una sorpresa si te dijera que quizá no fuera tan seco cuando lo embotellaron? Es que en Vouvray (y en muchos otros lugares al norte de los Pirineos) lo de Sec no siempre sigue los parámetros que nosotros conocemos de "menos de 4 gramos de azúcar residual". A lo mejor ese 1961, aunque la etiqueta ponía "Sec" tenía 30 gramos de azúcar residual por litro.

    Eso sí, los años hacen que todo se integre, que el dulzor sea mucho menos evidente y que la extraordinaria acidez y complejidad te lleven a no percibir el dulzor.

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  4. ¡Y si no qué se lo digan a los Moselas!

    Saludos.

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